Ni el barro, el jugar fuera de casa, la expulsión o el reciente cambio de entrenador deben valer como excusa para el Atlético de Pinto B. Con 10 jornadas transcurridas, la mala situación del equipo no deja de empeorar: farolillo rojo con tres puntos y a 8 de la salvación. El filial sigue sin conocer la victoria y mucho tendrá que cambiar su juego si quiere dar la vuelta a la tortilla.
El Villaverde-Boetticher, que en este partido no contó con el incombustible Manrique Mendoza, tomó la iniciativa desde el primer minuto. Su campo, único de Preferente todavía de tierra, se convirtió en un lodazal por la intensa lluvia caída durante todo el partido. Los locales aprovecharon la circunstancia para basar su juego en balones largos que la defensa pinteña no supo repeler.
Sin embargo, no fue hasta la segunda parte cuando el Villaverde se adelantó gracias a una buena jugada de tiralíneas que concluyó con un pase de la muerte. Era el minuto 63 y sólo cinco después el Atlético de Pinto B se quedó con un jugador menos, Yeray, por doble amarilla. A partir de ahí el marcador sólo pudo crecer del lado de los locales.
La próxima jornada enfrentará al filial pinteño en casa con el Móstoles, tercer clasificado.
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