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Irresponsabilidad política

Lunes, 07 de Octubre de 2013 Tiempo de lectura:

Vivimos tiempos difíciles en los que se habla de responsabilidad, de implicación, de lucha, y exigimos que sean los políticos los que den ejemplo en estas cuestiones pero qué ocurriría si trasladásemos la pregunta a la ciudadanía: ¿qué hace usted para intentar revertir la situación actual?


“Voto cada 4 años”, responderían muchos;  “pago mis impuestos”, dirían otros, “yo ya luché bastante, ahora estoy cansado” añadirían algunos y los que más confesarían un “para qué pelear, esto fue siempre  así, no se va a conseguir nada”.


Vemos como se mal gestionó nuestro dinero creando obras faraónicas e infraestructuras inútiles, líneas de AVE, aeropuertos, pabellones deportivos, edificios  de los que solo existe una maqueta que costo millones, subvenciones fantasma al amigo de turno, ERES fraudulentos, donaciones ilegales, sindicalistas y políticos corruptos…


¿Y quién responde ante esto? Los ciudadanos deberíamos tomar las riendas y exigir responsabilidades a los que nos gobiernan o gobernaron, deberíamos hacer política ciudadana. Deberíamos implicarnos en la toma de decisiones, luchar por defender lo que costó sangre sudor y lágrimas tiempo atrás. ¿Cómo hacerlo?, tan simple como abandonar esa mayoría silenciosa.


 A diario nos sorprendemos con noticias que nos hacen sentir miedo, rabia e indignación pero, al margen de la pataleta en el bar o en el descanso del trabajo, ¿qué hacemos? Nada, esperar a que sean otros los que salgan a gritar por la mejora del sistema educativo público, por la no privatización de la sanidad pública, de una revalorización digna de las pensiones, contra la precariedad laboral y el desempleo, contra los desahucios, contra la corrupción, contra la estafa financiera…


Hay tanto por lo que salir a gritar BASTA YA que si quisiésemos no entraríamos en casa, pero no, aun siendo afectados por cualquiera de estas situaciones seguimos sentados en el sillón. Veo las mismas caras en las manifestaciones -y no me refiero al sindicalista o político de turno-, y empiezo a pensar ¿estaremos equivocados?


Difícil respuesta cuando a diario escucho una interminable lista de cosas que provocan queja y descontento ciudadano: falta de profesores, prepagos en los medicamentos, subidas abusivas de la luz, combustibles, gas, impuestos, listas de espera en hospitales, por la subida del precio en los  alimentos, ayudas a la banca, estafa, corrupción… Me remito a la anterior pregunta: ¿Qué hace usted para intentar cambiar la situación actual?


Imaginemos por un momento que para parar un desahucio hubiese 1000 personas en lugar de las habituales 50 o 60. Imaginemos que todos los padres de alumnos de un colegio protestasen cuando faltan profesores y no se cubre su baja. Imaginemos que millones de personas clamasen frente a un Ministerio la defensa de lo que es de todos.


Me resisto a pensar esos 30 “yayoflautas” que ocuparon una sede de la seguridad social en Barcelona defendiendo sus pensiones están equivocados; que esas 50 personas que se ponen frente a un portal para evitar que una familia se quede en la calle, están equivocadas; que los reclaman que no pase a manos privadas lo que hemos pagado con dinero público, el suyo y el mío, estén equivocadas.


La “clase política” tiene claro quiénes son los responsables de nuestra situación. Nos culpan del desempleo, de no haber podido hacer frente del pago de las hipotecas aun cuando estas se hayan concedido de forma irregular y con cláusulas abusivas e ilegales, de comprarnos un televisor, de ponernos enfermos o de comer tres veces al día.


Es cierto que de algún modo todos, políticos y ciudadanos, hemos contribuido a esta situación por la pasividad que hemos demostrado durante años.  Tan cierto como que todos debemos participar en su denuncia, irresponsabilidades que nos afectan de forma directa o indirecta, aunque solo sea por solidaridad.


“Basta”, deberíamos decir al unísono, olvidándonos de ideologías, banderas, colores, del “y tú más”, dejando a un lado la vergüenza, el miedo a la represión. Si todos gritamos a un BASTA YA  esto acabará pronto, si por el contrario seguimos con nuestros prejuicios, seguimos olvidando que debajo de todas las banderas hay un palo, seguimos disculpando actuaciones, reprochando que los otros lo hicieron peor, entonces esto no cambiara. Einstein dijo: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.


Reflexionemos sobre nuestra propia situación pero sea cual sea pongámonos en el lugar de esas personas que para algunos son solo  porcentajes -empatía le llaman- y pensemos que nadie es ajeno a engrosar esas cifras, los números tienen rostro.  Si necesitan hacerlo pensando en algún color, háganlo en el blanco, el color del optimismo. Sólo entonces conseguiremos el verdadero cambio. Sólo necesitamos política hecha desde el sentido común para vencer a un sistema injusto en el que el 99% obedece al 1%.

 

         Esto es lo que pienso, esto es lo que siento

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