La esencia de las fiestas

Dice el concejal de Cultura que lo más destacado de las fiestas patronales de Pinto de este año es el esfuerzo por conseguir una programación que incluya a todos: niños, jóvenes, mayores y familias. Y tenemos que darle la razón. Las fiestas de Pinto han vuelto a recuperar su esencia, que no es otra que la participación del pueblo en los festejos, si bien es cierto que la crisis económica no ha sido ajena a este regreso a los orígenes.
 

Durante los años de vacas gordas para las arcas municipales, se había apostado por unas fiestas que giraban en torno a rutilantes o efímeras estrellas de la canción a golpe de talonario, haciendo que el centro de la fiesta y sus protagonistas fuesen los divos de la canción mientras que los ciudadanos eran simples espectadores. El despilfarro de recursos públicos que se aceleraba año tras año era monumental. Baste señalar que dos de las actuaciones estelares de este año, Andy&Lucas y La Unión, que ahora cobran 20.000 euros cada uno, cobraron 62.540 y 33.056 euros, respectivamente, por sus actuaciones en las fiestas de 2005 y de 1997.

Censurando los despilfarros pasados, también hay que decir que seguramente Pinto ha tocado fondo en lo que se refiere al presupuesto de las fiestas patronales, que este año vuelve a bajar otro 8%. La dignidad de las fiestas patronales durante siete días en una ciudad como Pinto exige un presupuesto coherente con la importancia de la ciudad y en este sentido el gobierno de Pinto ya ha llegado al límite de la plausible austeridad.