Un presunto intruso en la jefatura de la policía de Pinto
La detención por la Guardia Civil del suboficial jefe de la Policía Local de Pinto, Gervasio Villaverde, y el posterior proceso abierto en el Juzgado nº 5 de Parla por falsificación de documento público e intrusismo es la guinda de la calamitosa situación que ha vivido en los últimos años el cuerpo de la policía pinteña.
Villaverde, que ha sido suspendido cautelarmente
de empleo y sueldo por un auto judicial, ingresó en la Policía Local de Coslada
en 1987. Allí ascendió hasta sargento y fue delegado sindical del CSI-.CISF y
uno de los principales denunciantes de la trama de extorsiones que llevaban a
cabo algunos agentes de Coslada, con el jefe policial a la cabeza, el famoso Ginés Jiménez, con quien Villaverde estaba enfrentado.
Sin embargo, desde su llegada a Pinto -consiguió la plaza de suboficial jefe por oposición en 2008, presuntamente de forma fraudulenta, según las últimas noticias-, Villaverde ha ido acaparando enemigos internos y externos. Enfrentado con muchos de sus compañeros de profesión y con algunos comerciantes, acabó perdiendo el apoyo del Gobierno de Rabaneda, quien decidió puentearle nombrando a un nuevo jefe y coordinador ‘civil’ de seguridad municipal para intentar poner orden en el caos organizativo en el que se había convertido la Policía Local de Pinto.
Sobre la personalidad del ya ex jefe de la policía municipal, es elocuente la siguiente escena. En un intento de buscar soluciones al problema de ruidos y seguridad nocturnos que crean los bares de copas de la zona centro de Pinto, el primer teniente de alcalde, Julio López Madera, reunió el año pasado en el Ayuntamiento a los sectores implicados: propietarios de bares, vecinos afectados, portavoces de la oposición y mandos de la Policía Local. Pues bien, en un arranque de carácter Villaverde tomó la palabra y les dijo a los propietarios de los bares de copas: “No me voy a cortar en decir lo que pienso, yo os cerraba a todos, porque para lo que me queda en el convento, me cago dentro”. ¿Intuía el entonces jefe de la policía que el Gobierno iba a nombrar a otro jefe superior o sospechaba que le iban a denunciar por falsificación de documento y que tenía los días contados?
Sea como fuere, lo cierto es que este caso si bien puede ser
un comienzo para que la Policía Local empiece a funcionar mejor y con más
coordinación con los otros cuerpos de seguridad, especialmente con la Guardia
Civil, también es cierto que arroja sombras sobre la seguridad y confianza de
los ciudadanos.
Aunque en estos momentos el ex jefe de la Policía Local de Pinto sólo está imputado y, por tanto, no es culpable, lo cierto es que pasado un mes desde su detención, Gervasio Villaverde no ha aportado una prueba tan fácil para él como sería un original del título universitario que demostraría su inocencia. Lo peor de todo es que el ‘caso Gervasio’ es también el ‘caso policía de Pinto’, lo que implica un descrédito para nuestro pueblo que ha tenido a un presunto delincuente como principal responsable de velar por la ley y el orden.
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