Las subvenciones no son el camino para el empleo duradero
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy quiere destinar
los 1.900 millones de euros que recibirá España de los escuálidos 6.000
millones que ha puesto sobre la mesa la Unión Europea en su plan contra el paro,
a reducir las cuotas sociales a aquellos empresarios que contraten jóvenes. Esto
está bien, puesto que las altísimas cuotas sociales en España son un freno
importante para la creación de empleo, sin embargo, el problema es que el
efecto de las subvenciones se anula cuando termina la subvención: o son
permanentes, o son un fracaso.
No valen parches temporales, lo que hay que hacer con los impuestos laborales es reducirlos al máximo de una vez y para siempre. Si de verdad se quieren establecer bases firmes para una creación de empleo duradera en España, es necesario reducir drásticamente las elevadísimas cuotas sociales (40% del sueldo bruto) que soportan las empresas y los autónomos que quieren crear empleos.
Lo cierto es que el Estado no crea empleo y las subvenciones estatales tampoco crean empleo o crean un empleo postizo y transitorio que dura tanto como dura la subvención. Los impuestos que hay que reducir son todos, pero sobre todo, antes que el IRPF, los impuestos laborales, que no crean empleo.
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