Birdlife
Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

José Luis Gutierrez

Amor de hija

Viernes, 01 de Marzo de 2013 Tiempo de lectura:

Aunque trabajo como docente en el ámbito de las Bellas Artes, siempre he contemplado con cierto enojo la abrumadora proliferación de imágenes que parecen invadirlo todo.

Comprendo a quienes opinan con preocupación que este auge de la cultura de la imagen se está produciendo en detrimento de la palabra. No obstante, he de reconocer que en ocasiones una imagen es capaz de expresar más que mil palabras.

 

La fotografía que tomó nuestro amigo Pedro del Río en una cafetería de Cabezón de la Sal el pasado 6 enero, creo que es una de esas imágenes que habla por sí sola. Mi hija Roshní me ayudaba a tomar un té con una pajita, porque yo no era capaz de sujetar el vaso con mis torpes manos.


[Img #5513]

 

A principios de noviembre del año pasado Roshní viajó a Madrid desde Londres, donde habitualmente trabaja en un hotel, para unirse a nuestro equipo de trabajo de Matruchhaya, tal y como lo había hecho los dos años anteriores. En su orfanato de origen, además de participar en todas las actividades que organizamos, y hacer de intermediaria entre los niños y nosotros, ya que era la única de nuestro grupo que conocía el idioma gujarati, tenía como tarea principal asistirme en todo momento, lo que ha implicado una convivencia muy intensa y en ocasiones agotadora para ambos.


Al volver a España, Roshní decidió permanecer con nosotros hasta después de las Navidades, de hecho hace sólo dos días que ha regresado a Londres. Afortunadamente su contrato laboral allí es extraordinariamente flexible y le permite esos largos períodos de ausencia. Durante el tiempo que ha permanecido en España con nosotros, también ha asumido voluntariamente mi atención personal, para tratar de descargar todo lo posible de trabajo a Aurora, que se ocupa de mí durante el resto del año.

 

Lo que me sorprende y emociona al contemplar esa escena es que, a pesar de que a esas alturas Roshní ya debería estar harta de mí, parece que su mirada desprende amor, y yo probablemente lo percibí en ese instante y ello dibujó en mi rostro esa alelada sonrisa de dicha.

Ver comentarios (1)
Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.124

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.