Jaque a los partidos
No es que faltara ninguna gota, porque el vaso estaba de sobra colmado, pero los 'papeles de Bárcenas' marcan el final de una era.
La cúpula del PP y del Gobierno está en jaque, tal como lo está también el PSOE con sus múltiples escándalos, que por estar en la oposición parecen más discretos pero son igual de graves. En Cataluña, el secretario general del principal partido político está a punto de ser imputado, y cuando el juicio del 'Caso Palau' se celebre la figura del presidente de la Generalitat y de CIU va a quedar seriamente lastimada o inhabilitada para ejercer la política. En cuanto a Unió y su líder Durán y Lleida, dan vergüenza ajena sus "explicaciones" sobre la desviación que su partido hizo de fondos europeos destinados a fomentar el empleo, pero qué se va a esperar de un político que se hospeda en una suite del Palace...
Ya el día en que Ana Mato, la del Jaguar inadvertivo en el garaje, presentó el código de buenas costumbres y prevención de la corrupción, barruntamos que sobre lo obsceno del gesto planeaba la Ley de Murphy de la corrupción. Y ahí estamos, con un pueblo pasmado, con un presidente que se enfrenta a su mayor escándalo huyendo, como solía, hablando con los periodistas a través de una pantalla y dando explicaciones vagas e insuficientes, para finalmente hacer un "striptease" financiero y volver a pasmar a la ciudadanía al comprobar que el presidente del Gobierno gana mucho menos (75.000 euros) que el presidente de un partido (200.000 euros), algo que repugna al sentido común y abunda en la sospecha de la financiación de los partidos políticos.
Por otro lado, la respuesta del PP al escándalo pasó del "no me consta" al "es mentira", volviendo a retomar la táctica, como con las denuncias por "Gürtel", de que es "un montaje" y una "trama contra el PP". Así, la dirección del PP ha ido acumulando incoherencias, asegurando que en el partido "sólo hay una contabilidad A" y anunciando acciones judiciales contra todos los medios porque el PP, dixit Cospedal, "es un ejemplo de transparencia". Algo muy difícil de sostener si se tiene en cuenta que su gerente y tesorero durante 20 años amasó una considerable fortuna que ocultó al fisco, y cuya situación ilegal ha regularizado gracias a una amnistía decretada por el Gobierno de su antiguo partido.
Hoy gobierno, monarquía, partidos, sindicatos, justicia... todas las instituciones del Estado, tienen un déficit de confianza ciudadana. En España no se conjuga el verbo dimitir, pero la sociedad pide transparencia y soluciones. La salida del túnel es muy difícil porque quienes tienen que encontrarla son jueces y partes y les va muy bien tal como está la cosa. Puede salirles bien la jugada, pero mientras tanto hay que gritar: "piove porco governo".
ciempozuelosestafado | Viernes, 01 de Marzo de 2013 a las 19:42:00 horas
El problema aqui, es que para darles
jaque a los partidos , antes ellos nos los han dado a la ciudadania...esta claro que algo hay que hacer... buscarnos a un pepito grillo o a saber... pero algo hay que hacer...
Accede para votar (0) (0) Accede para responder