Refundar Aserpinto
“Con Aserpinto todo nos puede salir más barato”, explicaba al crear la empresa en 1997 el entonces alcalde socialista de Pinto Antonio Fernández. Pero muy pronto la realidad demostró lo que desde el principio ya se intuía: que con Aserpìnto todo nos iba a salir más caro.
Así lo
reconoció el propio Fernández un año después de crear la empresa pública: “Ciertamente,
los trabajos de Aserpinto no son los más baratos”.
Pero
Aserpinto tenía otra rentabilidad: contentar a los sindicatos y ser un
semillero de votos para el partido en el poder. Por eso el alcalde Fernández
dio el paso definitivo para convertir a Aserpinto en un chiringuito de partido:
“A partir de ahora no se pedirán más presupuestos a otras empresas, se
encargará todo a Aserpinto cueste lo que cueste”.
En
realidad Aserpinto nunca fue una empresa en el sentido técnico y profesional
del término. Ya a los dos años de su creación, el director gerente Fernando
Abad, ex alcalde socialista de Leganés, declaró que Aserpinto se encontraba “en
quiebra técnica” y que “la política de personal era un desastre”. Sin embargo,
el chorro de millones que entonces afluían al Ayuntamiento procedentes del
‘boom’ inmobiliario ocultaban los déficits, despilfarrando entonces los
ingresos extraordinarios que harían falta para después.
Así
como la frase “la calle es mía", del ministro del Interior, Manuel Fraga,
desvelaba el concepto de democracia de este político conservador, la frase de
Antonio Fernández -“la empresa [Aserpinto] es mía, la he creado yo”- ponía de
relieve su concepto de lo que él entendía por gobierno de Pinto. Y así directivos amigos, plantilla sobredimensionada con baja cualificación y absentismo de escándalo, connivencia con los sindicatos que participaban de la orgía y el despilfarro,
etc. fueron partes estructurales del chiringuito político que se forjó en
Aserpinto.
Para
mantener este montaje, el presupuesto se fue multiplicando alocadamente, sin
control de gastos: Un millón trecientos mil euros en 1998, cinco millones
seiscientos mil en 2001, nueve millones trescientos mil en 2004, catorce
millones quinientos mil en 2008…
La
crisis económica acabó con la “fiesta”, que dejó en herencia una deuda de casi
trece millones de euros. El gobierno del PP-JpP en 2007-08 fue tan responsable
como los anteriores gobiernos del despilfarro en Aserpinto. Sin embargo, el
nuevo gobierno municipal del PP surgido en las elecciones de 2011, acuciado por
la necesidad económica, ha decidido poner orden en la mala gestión de Aserpinto
para hacer una empresa sostenible y viable económicamente, sin que estrangule
las cuentas públicas municipales y ponga en riesgo otros servicios públicos que
debe prestar un ayuntamiento.
Aserpinto
realiza servicios esenciales y obligatorios para un ayuntamiento (limpieza,
jardinería, recogida de basuras, etc) por ello nadie puede poner en cuestión la
necesidad de su función. Lo que ha chirriado hasta ahora ha sido la utilización
partidista de esta empresa por los partidos en el poder y su nefasta y
despilfarradora gestión, en la que han sido copartícipes unos sindicatos
demagógicos y ciegos a la realidad social, dirigidos por politiquillos afines (hasta familiarmente) al PSOE y a IU.
Pepe | Martes, 18 de Diciembre de 2012 a las 00:13:01 horas
Pues actualmente en Aserpinto hay contratados gente de la candidatura del PP, como conserjes en el centro de mayores, también hay novias de asesores, ... Todos han enchufado y siguen haciéndolo.
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