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Luces y sombras de los negocios chinos: Ciempozuelos y San Martín

Ana Encinas, Esther Alfaya, Raúl Martos Martes, 20 de Noviembre de 2012 Tiempo de lectura:

En Ciempozuelos, el número de establecimientos regentados por ciudadanos chinos ha crecido exponencialmente. De las 3 licencias de apertura que el ayuntamiento concedió en el año 2007 a este tipo de negocios pasamos a las 8 que se han expedido en lo que llevamos de 2012.

 

El modelo de establecimiento chino más común en la localidad es el que se dedica a la venta de alimentación y bebidas. Desde el año 2007 se han abierto en Ciempozuelos un total de 16 tiendas de este tipo. Le siguen, aunque de lejos, los bazares y tiendas de regalos. 8 fueron las licencias concedidas por el ayuntamiento en el mismo periodo de tiempo a esta categoría de negocios. En los últimos cinco años también han abierto en la localidad 4 restaurantes o bares dirigidos por población china, según datos aportados por el consistorio. Hay, además, un establecimiento dedicado a la venta de artículos y complementos de moda.

 

Según la Concejala de Hacienda de San Martín de la Vega, Carmen Alía, desde 2009 hasta la fecha se han tramitado –o se encuentran en trámite- unas 6 licencias de apertura de negocios chinos. En su mayoría se trata de establecimientos de alimentación, bazares o restaurantes. En la actualidad, no hay más de 7 u 8 comercios asiáticos en el municipio.

 

 

Claves de su rentabilidad

 Los asiáticos prefieren no hacer declaraciones. Hoy el recelo a los medios ha crecido debido a la operación Emperador, aunque no todos los chinos titubean en asegurar que son dueños de los locales que regentan.

 

Algunos de esos comercios necesitan vender una ingente cantidad de productos para poder pagar el alquiler del local. Cuando se les pregunta cómo son capaces de costearlo, responden: “nos ayudan amigos”. Y es que aquí yace una de las claves de su rentabilidad: su peculiar sistema de financiación. Su cultura carece de tradición bancaria y el dinero fluye entre amigos o familiares, lo que hace que no tengan que depender de los bancos, explican desde Orient Consulting. La razón de que sus artículos sean tan baratos parece basarse en las importaciones. Suelen aprovechar que los precios en China sin más bajos para comprar y negociar directamente con las fábricas, comprando a un menor precio y favoreciendo su ventaja competitiva.

 

Conocer de su propia mano más sobre su sector resulta más que complicado: la mayoría de los  empresarios chinos consultados declinaron ser entrevistados para este reportaje. La operación policial llevada a cabo en Fuenlabrada dificulta las cosas para un pueblo cerrado y desconfiado en su forma de trabajar, pero buenos pagadores, ya que no acumulan deudas con los proveedores o con los arrendatarios de los locales en los que están instalados, algo agradecido cuando el impago es uno de los mayores quebraderos de cabeza para los empresarios españoles. Pero los chinos también están en crisis.

 

Yuan lleva casi 24 años en España, el mismo tiempo del que ha sido dueña de unos almacenes de venta de telas al por mayor en Fuenlabrada. “Vinimos porque mi padre estaba trabajando aquí, era la manera de estar toda la familia junta”, explica Yuan, recordando como tuvieron que vender todas sus propiedades en China para poder costearse el viaje.  Cuando Yuan llegó a España, en 1988, las cosas “estaban mucho mejor”. “Ahora entra mucha menos gente a la tienda. Nos va mal a todos, al resto de nuestros compañeros también”. Yuan confiesa que desearía volver a China, pero se encuentra atada a España por sus hijos.

 

“La operación Emperador nos ha dañado muchísimo -comenta consternada la empresaria- , lo que han hecho mal unos pocos asusta al resto”.

 

“El gobierno jamás nos ha dado ni un euro”

 La tributación de estos negocios genera todo tipo de rumores y leyendas. La más conocida afirma que, mediante un convenio suscrito a principios de la década de los 90 entre los gobiernos de España y China, se favorece la creación de empresas de capital chino en España, estando exentos estos negocios de pagar impuestos durante los 7 primeros años.

 

Efectivamente, en el año 92 se firmó un convenio entre China y España de materia tributaria. Concretamente servía para evitar la llamada “doble imposición internacional”. Es decir, se pretendía evitar que los chinos pagaran en China los mismos impuestos que ya estaban pagando en España y viceversa.

 

Dicho convenio también establece y diferencia qué rendimientos obtenidos por un ciudadano chino en España y por un español en China, han de tributar en un país u otro (IRPF, Impuesto de sociedades…etc.).  Se hizo, sobre todo, para regular a las grandes empresas creadas y domiciliadas en China y que crearon su filial en España, pagando así impuestos en sólo uno de los países por el mismo concepto, evitando la evasión de impuestos.

El ciudadano chino que crea un bar, un todo a cien, o una tienda de ropa en España, paga exactamente los mismos impuestos que un español o cualquier otro ciudadano de distinta nacionalidad.

 

Yuan asegura que durante todos estos años nunca se ha visto beneficiada por ningún gobierno, ni chino ni español. “El gobierno jamás nos ha dado ni un euro”.

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