La tortura de la cultura
El autor, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de San Martín de la Vega, afirma que en el campo de la cultura, “en los últimos cinco años, San Martín ha perdido lo que costó veintiocho conseguir”.
"Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a lo que todos tienen derecho", artículo 44.1 de la Constitución Española. Con esta frase tan emblemática como legítima quiero resumir una reflexión acerca de la situación de la cultura en San Martín de la Vega. Corren tiempos difíciles donde cualquier partida social es sensible a los recortes, y donde los actuales gobernantes no tienen piedad para dejar a un pueblo con una cultura degradada y desmantelada. También es cierto, que desgraciadamente esta acepción puede ser trasladada a cualquier otro ámbito público.
El sector de la cultura, protegida constitucionalmente pero maltratada institucionalmente, está perdiendo la riqueza de su contenido y de su fin. A la inoportuna subida del IVA (del 8 al 21%) hay que añadirle los preocupantes recortes que está sufriendo independientemente del ámbito del que hablemos. Mientras que las instituciones malgastan el dinero en costosas e inútiles campañas de autobombo y publicidad electoral encubierta, muestran a su vez un auténtico desprecio hacia los profesionales y ciudadanos que quieren hacer uso de las actividades culturales.
San Martín de la Vega es un claro ejemplo del desprecio hacia la cultura que estamos sufriendo. La cultura es un sector en el que para fortalecer un tejido es necesario el trabajo de muchas personas, profesionales y usuarios durante años; no es fácil poner en marcha una biblioteca que dé servicio a todo un municipio, como tampoco lo es el crear un gran tejido de actividades y espacios culturales municipales. No es fácil, pero se consiguió. Pero todas esas actividades han desaparecido en cuestión de dos años: exposiciones itinerantes, talleres de tiempo libre, campañas escolares de teatro, festival de jazz, feria del libro, programa regional de teatro, semana del libro, fondos para la biblioteca, taller municipal de teatro... Menos servicios y más caros, como la Escuela de Música, donde los precios se han incrementado hasta un 30%.
Lo alarmante es que muchas de estas actividades no requieren presupuesto, sino únicamente requieren la colaboración de asociaciones, profesionales y usuarios, y un claro compromiso por parte del Ayuntamiento. Lo primero lo teníamos, lo segundo no. Disponemos de un Equipo de Gobierno que no invierte esfuerzos e interés en el mantenimiento de actividades sino todo lo contrario, que esos esfuerzos los dedican a que sean los propios usuarios quienes se busquen la vida, dejándoles tirados sin preocuparse de si disponen de medios para ello. Hemos retrocedido más de dos décadas, hemos perdido el derecho de acceder a la cultura y nos han destrozado el tejido social y cultural del municipio. Actividades que requerían presupuesto ya no existen, pero las que sólo requerían voluntad tampoco. Porque no existe el compromiso ni el esfuerzo de mantener los servicios públicos, y porque la cultura les supone un estorbo.
En 1991, San Martín de la Vega tenía más actividades culturales que en la actualidad, y por aquel entonces el presupuesto del Ayuntamiento era de tres millones de euros, es decir, quince millones de euros inferior que a día de hoy. “La cultura al igual que la educación o la sanidad, no debe ser comprendida como un gasto sino como una inversión”, maticé en el Pleno. De hecho, considero que en este tipo de áreas, la riqueza no la podemos medir por los beneficios económicos que obtengamos, sino por los servicios que prestemos. Y en los últimos cinco años, San Martín ha perdido lo que costó veintiocho conseguir.
Ramón Pulido | Domingo, 25 de Noviembre de 2012 a las 19:21:43 horas
Para valorar la cultura hay que beber de las aguas del conocimiento y de los valores de una sociedad cívica, responsable y social, y en los momentos que corren, a nuestros dirigentes sólo les preocupa saber cuan lleno está el pozo de los valores e intereses económicos que nos hagan no más inteligentes y humanos sino más poderosos y ricos.
Ramón Pulido 26/11/2012
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