Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

José Luis Gutierrez

Cartas desde Nepal: Matemáticas

Lunes, 22 de Octubre de 2012 Tiempo de lectura:

José Luis reflexiona sobre las desfavorables perspectivas para los niños de Bal Mandir, cuyo orfanato, sumido en la crisis económica general, quieren cerrar. Gutiérrez también muestra su desilusión con la entidad Mitrataa, que no ha cubierto las espectativas de mejora de las condiciones de vida para los niños.

[Img #4761]

Este año las preocupantes noticias sobre el futuro de Bal Mandir que van llegando a través de distintas fuentes, y las frecuentes conversaciones con responsables de las diferentes partes implicadas de un modo u otro en la vida del orfanato, están absorbiendo mis energías mentales y en algunas ocasiones me están apartando del escenario en el que quisiera permanecer todo el tiempo, allí donde el resto del equipo trata de llevar a cabo con la mayor normalidad posible las actividades que teníamos planificadas.


Tengo la sensación de que todos quieren hablar conmigo, porque sin quererlo me he convertido en embajador temporal de las dos asociaciones españolas comprometidas con la ayuda a Bal Mandir. Hoy mismo Bal Krishna, el anterior director de Bal Mandir, alto cargo directivo de la NCO, me ha recordado que soy vicepresidente tanto de Dididai como de Ruta 6, las dos asociaciones a las que me refería. También Rebeca, la actual directora del orfanato, y Ana Lena, la fundadora de la NGCC (Nepali Girls Care Centre), me han buscado en varias ocasiones para hablar conmigo, hacerme partícipe del problema de Bal Mandir, y solicitar la colaboración de las dos asociaciones a las que represento, para intentar minimizar las consecuencias que el cierre tendrá en los internos.


Bal Krishna hoy ha tratado de quitar gravedad al asunto afirmando que no cree que se llegue al cierre absoluto del orfanato, porque es consciente de que no se podrá encontrar acomodo para todos los menores. Se ha manifestado deseoso de buscar una solución para las niñas con las que actualmente trabaja Dididai, mostrándose dispuesto a permitir que continúen en Bal Mandir, o incluso favoreciendo la búsqueda de otro lugar alternativo como Techo, un hospicio situado a las afueras del valle de Katmandú. Aunque esa disposición abierta para encontrar soluciones podría parecer encomiable, intuyo que me quería transmitir la idea de que ahora todo depende de nosotros. Me ha parecido que la NCO desea delegar completamente la responsabilidad de esas niñas en Dididai, al menos en lo económico.


También Rebeca ha solicitado eso mismo en las distintas reuniones que he tenido con ella, pero además pide a Ruta 6 que continúe patrocinando la escolarización en régimen interno de los niños que actualmente tiene, y que busquemos para ellos un alojamiento fuera del internado en los periodos vacacionales. Pero además desea que extendamos la ayuda a otros menores. Parece que todos parten de una lista de internos, que dicen que actualmente es de 140, y ahora sólo queda ir restando progresivamente para, si se lograra llegar a cero, dar por liquidado Bal Mandir. Parece obvio que el mecanismo de la resta consiste en no permitir ningún nuevo ingreso, y traspasar a otros la responsabilidad económica de los internos. La NCO y Mitrataa, que parecían enemigos irreconciliables, ahora están más unidos que nunca, luchando por el objetivo común del desmantelamiento de Bal Mandir.


Todo está dictado por el cálculo numérico que gobierna la economía. Todo se reduce a números. También los niños y niñas parece que son sólo eso. Era previsible. Resulta razonable. Pero me sorprende que tanto Rebeca como Bal Krishna se muestren contentos. Se les ve felices, o al menos excitados con el desafío del cambio al que obliga la crisis.


–La actual situación de Bal Mandir es crítica, no puede ser peor, por lo que cualquier cambio necesariamente ha de ser a mejor –me ha dicho Rebeca con una sonrisa inquietante.


Yo, que en estos casos procuro escuchar atentamente y hablar poco, no respondí, pero me quedé considerando que efectivamente Bal Mandir es un desastre. Los cambios que todos esperábamos con la llegada de Mitrataa no se han producido, o si los hubo, han durado muy poco: los niños parecen igual de sucios y desatendidos que previamente, y me da la impresión de que la alimentación sigue siendo tan pobre como antes de la llegada de Rebeca. Me estremece pensar que, si no hacemos algo que lo remedie, para estos menores todo puede empeorar, porque sospecho que los responsables se van a limitar a aplicar la perversa lógica de las matemáticas.

 

Katmandú, a 18 de octubre de 2012


* José Luis Gutiérrez Muñoz es Profesor Titular y Director del departamente de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Univarsidad Complutense de Madrid. Reside en Pinto y es promotor de una labor humanitaria, desde 2004, en orfanatos de India y Nepal.

Ver comentarios (3)
Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.25

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.