Otra gota que colma el vaso

Sin embargo, por muy evidentes, flagrantes y descarados que sean los hechos, cuando a los tramposos les falta un mínimo de sentido ético siempre alegan que son inocentes, como les ocurre a los que utilizan el doping para competir en una posición de ventaja sobre sus rivales. Y si los tramposos, además, son mediocres, como es el caso del “alcalde de paja” que ocupa el primer sillón de la casa consistorial pinteña, entonces, además de negar la evidencia, dirá necedades como la siguiente a propósito del auto de archivo de la querella del fiscal de Medio Ambiente contra Antonio Fernández: “Todo concluye –declaró Tendero- diciendo que la gestión socialista de este Ayuntamiento es limpia”. Pero esa “declaración de limpieza” sólo está en el magín de Tendero, porque el auto ni dice eso ni su contrario ni puede decirlo puesto que no era eso lo que se instruía en la causa.

Pues bien, resulta que en julio esta gestión socialista tan limpia en el Ayuntamiento de Pinto ha vuelto a dar otro descarado contra ejemplo de cacicada, ilegalidad y discrecionalidad. Se trata del concurso-oposición para cubrir una plaza de redactor en el gabinete de prensa. Se presentan 14 personas al primer examen tipo test, con preguntas como “las relaciones de un Ayuntamiento con los medios son: a) Difíciles, por mutuo desconocimiento; b) fáciles, por intereses convergentes; c) indiferentes, por intereses diversos; d) de colaboración” (haber quién es el guapo que acierta esta pregunta totalmente subjetiva. La respuesta correcta resulta que era la a). Y, claro, de los 14 candidatos, 9 suspenden y sólo cuatro consiguen una nota entre 5,00 y 5,75, pero hay un quinto que ¡ay! consigue un 9,75. ¿Y quién es este genio? Pues un tal Julián Morales. ¿Y quién es este señor? Pues un cargo de confianza de la revista municipal, amigo del jefe de prensa, Juan Carlos Ballesteros, que es el autor de las preguntas que, por supuesto, no conocía su amigo Morales.

Los cuatro aprobados raspados más el genio Morales se presentan a una segunda prueba que es hacer un reportaje y una nota de prensa sobre el convenio entre el Ayuntamiento de Pinto y los propietarios de la Torre de Éboli. ¡Santo cielo! exclaman los opositores que vienen de Madrid y que no saben de qué va eso. Pero allí está Morales que borda el ejercicio, no en vano él mismo ya lo había redactado para la revista municipal el mes pasado.

Algunos de los opositores, una vez conocidos todos estos hechos han anunciado que impugnarán este concurso-oposición. Lo que más les ha defraudado es en sus palabras: “el Ayuntamiento de Pinto monta un circo y no nos avisa que nuestra intervención va a ser la de payasos y esto frustra y no es justo”.