La compañía de low cost irlandesa Ryanair es de nuevo noticia por su falta de seguridad y la ínfima calidad de su servicio. El pasado 26 de julio tres aviones de esta polémica compañía tuvieron que realizar aterrizajes de emergencia en el aeropuerto de Valencia, al que fueron desviados desde Barajas, tras lanzar un aviso por falta de combustible.
Los tres vuelos fueron desviados desde Madrid-Barajas a Valencia por Control de Tráfico Aéreo como consecuencia de una tormenta eléctrica que desaconsejaba el aterrizaje en la capital española. En Valencia tuvieron que permanecer en cola en vuelo, a la espera de recibir permiso para aterrizar, algo que se adelantó a raíz de la llamada de emergencia emitida por los comandantes de Ryanair, que alertaron de que no disponían de combustible suficiente y consiguieron prioridad para aterrizar.
Según las grabaciones de las conversaciones entre el piloto y Control de Tráfico en Valencia, el comandante de vuelo emitió un claro mayday por falta de combustible, algo que se repitió apenas tres minutos más tarde y en una tercera ocasión el mismo día.
Ryanair, en su Plan de Eficiencia Presupuestaria, obliga a
los pilotos a repostar la cantidad "mínima necesaria" para cumplir su
plan de vuelo, y cualquier exceso debe ser justificado por escrito.
Estos gravísimos hechos han reabierto el debate sobre las
agresivas políticas de ahorro de esta aerolínea de bajo coste. La Agencia
Estatal de Seguridad Aérea, dependiente del Ministerio de Fomento, anunció que
ha iniciado una investigación para determinar qué llevó a la compañía irlandesa
a realizar tres aterrizajes forzosos en un solo día y si los aviones viajaban
con el carburante necesario.
La cuestión es que si el piloto ajusta su cálculo lo máximo posible, la compañía ahorra, porque al llevar menos combustible, el avión pesa menos y consume menos. “Una política de combustible que anteponga criterios económicos a la seguridad es un riesgo”, dice la COPAC en un informe reciente sobre la política de combustible en el que aconseja que la inspección aeronáutica sea “más rigurosa”.
No es la primera vez que la política de ahorro de Ryanair es
objeto de controversia.
Sin embargo, para el presidente de Ryanair, Michael O'Leary,
cuya trayectoria ultraliberal le ha llevado a sacralizar los beneficios, cree
que se ha levantado demasiado revuelo con el tema.
El sindicato español de pilotos Sepla, por su parte, ha aplaudido la decisión de la Agencia Española de Seguridad Aérea de investigar a la compañía irlandesa Ryanair por los aterrizajes forzosos. El sindicato recordó la semana pasada que "desde hace ya varios años" denuncian presiones por parte de Ryanair para "minimizar el coste del combustible". El sindicato alemán de pilotos Cockpit, en declaraciones a France Press, también denunció "fuertes presiones" por parte de la aerolínea.
O'Leary arremetió contra ambos sindicatos, así como contra las asociaciones de consumidores españolas que han acusado a la compañía de poner en riesgo a los pasajeros y han llegado a pedir que se suspenda su licencia. "Ningún Gobierno español o autoridad española puede retirar la licencia de Ryanair de la misma forma que ningún gobierno irlandés puede retirar la licencia de una compañía aérea española. Así que esa afirmación es una completa basura", señaló el presidente de Ryanair.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.138