Fiestas de Pinto y optimismo relativo
Este es el mes de las fiestas patronales de Pinto en honor de la Virgen de la Asunción, por lo que es tiempo de relajación, ocio y diversión. Unas fiestas a las que ya no vienen las rutilantes y carísimas estrellas de la canción a las que nos habían acostumbrado los políticos locales del “gratis total”.
Lo grotesco del caso es que los políticos no eran quienes asumían con su patrimonio el precio de estas actuaciones, sino los ciudadanos en su conjunto, por lo que los dispendios y despilfarros pasados los pagamos todos en el presente. Citemos como “caso horribilis” la barbaridad que el Ayuntamiento -es decir, todos los vecinos de Pinto- pagó en las fiestas del año 2003 por una sola actuación, la del efímero grupo “UPAdance”, 228.072 euros. ¡Sin comentarios!
Es obvio que los tiempos y la economía municipal no están para contratar actuaciones de artistas de caché elevado. Hay otras prioridades y obligaciones sociales para el Ayuntamiento. Sin duda un consistorio tiene que atender las fiestas, pero debe hacerlo adaptando la programación de las actividades a la realidad económica.
Y es en este aspecto, el de la realidad económica, en el que el Ayuntamiento de Pinto, dentro de una situación de depresión general, presenta las mejores condiciones del entorno. Los datos, más que las declaraciones partidistas de los políticos, en uno y otro sentido, son elocuentes y hablan por sí mismos. Mientras los municipios del entorno (Parla, Valdemoro o San Martín de la Vega, gobernados por PP o por PSOE) han despedido a empleados públicos, Pinto no lo ha hecho. De la misma manera, esos municipios han creado un nuevo impuesto, la tasa de basuras, que supone para cada familia entre 80 y 100 euros anuales, mientras que Pinto aún no lo ha establecido. También se han privatizado las escuelas municipales de música, cosa que no ha ocurrido en Pinto. Y en cuanto a los precios públicos de las actividades culturales y deportivas, los de Pinto son los más bajos del entorno.
Pero también hay sombras, y muy negras por cierto. La más dura, el paro que sigue creciendo. En los primeros seis meses de este año, el paro registrado aumentó en Pinto en 351 personas, llegando a los 4.512 desempleados en el municipio. Otro dato preocupante, íntimamente unido al anterior, es la recesión de la actividad local industrial y comercial. También hay un parón en la actividad cultural, deportiva y social por parte de las entidades pinteñas que han visto cómo el Ayuntamiento ha abandonado las subvenciones, e incluso no ha abonado todas las comprometidas en años anteriores.
Sin embargo, por primera vez en democracia, el Ayuntamiento ha tomado decisiones para drenar el despilfarro público. Así ha conseguido ahorrar un millón de euros anuales reorganizando los autobuses urbanos, optimizando las compras, contratos y suministros, suprimiendo la revista municipal y el inutilizado servicio de bicicletas, etc. Los tiempos son difíciles, pero parece que hay esperanza en volver a la senda del crecimiento sobre bases estables. Por eso optamos por un optimismo moderado o relativo.
¡Qué disfruten de las Fiestas!
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