Pinto y su historia: "El Colegio de niñas huérfanas de San José"
La principal responsable de la ubicación del Colegio en Pinto fue Rita Bonnat Dezermeaux, conocida como la madre Emmanuel, religiosa de la Sagrada Familia de Burdeos.
La Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos, fundada por el padre Pedro Bienvenido Noailles en 1820, decidió expandir su acción apostólica en España para establecer una obra educativa. El padre Noailles nombró para esta empresa a su mano derecha, la madre Bonnat.
Comienzos de la Sagrada Familia en España
En noviembre de 1843 la madre Bonnat llegó a Madrid acompañada de la hermana Estanislas Fournier. Los comienzos fueron difíciles. En febrero de 1844 se establecieron en un piso de la calle del Barquillo acompañadas de otras cuatro religiosas para la apertura de un Pensionado-Externado. El colegio comenzó con dos niñas. En poco tiempo tuvieron 12 internas y cierto número de externas, aunque pronto tuvieron que abandonar la casa por la intransigencia de los vecinos.
Oyeron hablar del antiguo convento de los Capuchinos, situado en la calle de San Agustín, y trataron con su propietaria, la duquesa de Medinaceli, que se adhirió al proyecto. Después de solventar dificultades con el clero español, el convento se convertiría en el Colegio de señoritas de Nuestra Señora de Loreto de Madrid, alcanzando un gran prestigio. El principal cuidado de su directora era la educación moral. Algunas de las materias tratadas eran la educación simultánea en español y francés, historia, aritmética, geografía, dibujo lineal, nociones de inglés, italiano, música, baile, equitación y gimnasia, además de escritura, costura, bordados y flores de toda clase.
Gracias a este colegio la madre Bonnat estableció importantes contactos con la nobleza y la alta sociedad madrileña, siendo solicitada para dar clases de Literatura e Historia de Francia a las infantas Dª Amalia y Dª Luisa Fernanda, tías de Isabel II.
Debido al buen nombre que iba cobrando la Institución en España se crearon muchas Fundaciones para diferentes actividades. En 1855 se fundó en Madrid el Colegio de niñas huérfanas de San José. A los pocos meses, la madre Bonnat vio la necesidad de buscar un nuevo local más espacioso donde las huérfanas pudieran respirar aire puro y pidió ayuda a la Casa Real.
Traslado a Pinto
D. Juan Manuel de Manzanedo y González, marqués de Manzanedo y una de las fortunas más importantes de Madrid, ofreció una casa en la villa de Pinto apropiada para el establecimiento. Sería la misma casa que meses antes ocupaba la Compañía de Guardia Jóvenes, antes de su traslado a Valdemoro, es decir, el actual Centro Municipal de Cultura situado en la plaza de la Sagrada Familia. Después de unas obras de acondicionamiento, el 30 de agosto de 1856 se llevó a cabo el traslado a Pinto.
El Colegio, a cargo de las Hermanas de la Sagrada Familia, tenía por objeto educar a niñas, la mayor parte pobres, sólida y cristianamente. Se las daba la instrucción religiosa y primaria, enseñando también con perfección las labores y quehaceres domésticos.
Estas monjas eran popularmente conocidas con el nombre de Ursulinas, porque antes de su llegada a España existía un colegio de enseñanza en Madrid regentado por Religiosas Ursulinas venidas de Francia. Este colegio lo abandonaron más tarde por causas desconocidas y se fueron de España. Desde entonces, el término “Ursulinas” se ha utilizado como sinónimo de “Religiosas de enseñanza”. Este apodo ha prevalecido en Pinto y en otras de las fundaciones de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos, aunque éstas nada tuvieran que ver con las Religiosas Ursulinas.
Las colegialas eran internas y los tutores de las más pobres solo tenían que abonar a su entrada 600 reales para el equipo; las demás, que entraban cuando no había vacante de aquellas, tenían que pagar, además de dicha cuota, tres reales diarios por trimestres adelantados. También había niñas que se admitían como externas, las niñas pobres de Pinto, a las que se las daba la misma instrucción gratuitamente. En el año 1875 existían 76 internas y 25 externas.
Para el ingreso como interna, la niña debía tener entre 5 y 12 años, y sus padres o tutores debían presentar su partida de bautismo, acompañada con la de defunción de su padre, madre o ambos, si fuera huérfana, y además tenían que firmar un compromiso de que la niña tenía que permanecer en la casa hasta los 20 años. Para las externas bastaba presentar a la niña y probar que estaba entre las edades indicadas.
Las Fundaciones de la Sagrada Familia de Burdeos se fueron multiplicando y en 1930 la Congregación contaba en España con 33 casas y un millar de religiosas.
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Hermanas García Lucas | Lunes, 22 de Abril de 2024 a las 23:09:38 horas
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