De muladares y lupanares

Cuando apareció la encefalopatía espongiforme bovina, el reglamento en tratamiento de cadáveres animales provocó carencia de alimento para aves necrófagas, buitres, alimoches, incluso águilas se vieron perjudicadas, hubo ejemplares desnutridos y alguna especie que empezó a atacar animales vivos con el consecuente perjuicio a los ganaderos. Finalizado el peligro del mal de las vacas locas se estableció la posibilidad de alimentar a las aves carroñeras  en muladares o comederos.

Aquí turno del político que presumió de gobierno eficaz: “Hemos construido 12 lupanares”.

Casi nadie se percató de la metedura de extremidad inferior, pocos pusieron cara de sorpresa y ojos como platos. Hubiera quedado en anecdótico lapsus si el buen político, demostrando su condición de tal, no hubiera insistido en profundizar más su extremidad en el muladar en el cual se había metido y así añadió:

“¿Saben ustedes lo que son lupanares? Según la RAE, lugares donde se echa estiércol o basura; en medio ambiente, son espacios cerrados donde hay carne corrompida y desechos, construidos para que los buitres cubran sus necesidades.

Más miradas, algún codazo, pero nadie advirtió al conferenciante de su error, era  el asunto del traje nuevo del emperador, todos veían su cuerpo desnudo pero no había ningún niño a mano con valor o vergüenza para decírselo.

Moraleja: Señores políticos, preparen con mimo sus intervenciones públicas aunque sólo sea para evitar el ridículo de caer en muladar. Señores que rodean a los políticos, adviértanles de su desnudez siempre que vayan desnudos como en lupanar. Queridos lectores, tengan cuidado si frecuentan lupanares -casas de prostitución de toda la vida- con la crisis ya nada es como era, lo mismo encuentran carroña, ya no se hacen los lupanares como antes.

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