Luces y sombras

La Navidad ya está en Parla. Las luces brillan en las plazas, las actividades se multiplican estos días y los vecinos salen a la calle para compartir unos días que invitan al encuentro, al descanso y también a la reflexión. Son fechas para disfrutar, pero que también sirven para hacer balance de un año que llega a su fin.

Aunque el calendario navideño de Parla es amplio y diverso, bajo ese ambiente festivo late una preocupación que ni las luces ni la música pueden tapar. El encendido navideño del pasado 4 de diciembre dejó una imagen tremendamente reveladora como fue la pitada protagonizada por agentes de la Policía Local. Ante cientos de vecinos y familias, la plantilla quiso visibilizar un problema que la ciudad arrastra desde hace demasiado tiempo por mucho que PSOE y Más Madrid intenten minimizarlo con las visitas y declaraciones del también socialista delegado del Gobierno en Madrid.

Parla mantiene una deuda evidente en materia de seguridad. Una deuda que, a estas alturas, empieza a eclipsar incluso a la más grave y estructural, la económica. Los datos oficiales sitúan a la ciudad entre las más inseguras de la Comunidad de Madrid, con una tasa de criminalidad que sigue estando por encima de la media nacional. Aunque algunos indicadores han mejorado, otros preocupan seriamente y la percepción ciudadana no sucumbe a los discursos tranquilizadores. Basta ver los graves sucesos que cada mes ocupan la prensa nacional.

Aunque ha sido un sindicato, CSIF, quien ha liderado las protestas, el amplio respaldo de la plantilla a las convocatorias evidencia el respaldo de los agentes a sus reclamaciones. Turnos con patrullas con sólo dos vehículos, una ratio insuficiente, falta de medios materiales… Son muchas las mejoras que debe acometer el Ayuntamiento de Parla si quiere calmar los ánimos en Policía Local.

El Gobierno, lejos de reconocer los hechos, ha criticado el escenario elegido por los agentes para realizar sus protestas. No le falta razón en que los niños de Parla no deberían pagar el pato de una mala gestión, pero es que el malestar de la plantilla y la ciudadanía ha superado hace tiempo el límite de lo tolerable. En los últimos años se han dado algunos pasos hacia una solución y en 2026 deben seguir dándose de la mano de Policía Local, que es la que podría aportar un mejor análisis de la situación.  Siendo la Navidad un tiempo, sobre el papel, de concordia y diálogo, confiemos en que Parla será capaz de salir del bache.

Desde esta redacción aprovechamos estas líneas para felicitar a nuestros vecinos y lectores con la esperanza de que en disfruten al máximo de estas fiestas navideñas y que en el próximo año 2026 se cumplan todos sus deseos y objetivos.