
El abandono de la gestión por parte de AiBa en mayo de 2024 marcó un punto de inflexión en el Centro de Protección Animal de Valdemoro, que ha conseguido reorganizarse en este tiempo.
En mayo de 2024, la asociación AiBa (Asociación de Iniciativas para el Bienestar de los Animales) renunció a continuar al frente del Centro de Protección Animal (CPA) de Valdemoro tras doce años de gestión. La entidad reconoció estar en “una situación que nos supera totalmente” y lanzó un órdago al Gobierno de Partido Popular y Vox para forzar a que las instalaciones fuesen ampliadas y mejoradas.
Año y medio después, la concejala de Servicios de la Ciudad y Medio Ambiente, María Elsa Fernández-Gil, recuerda aquel momento como “un baño de realidad”. “Sucedió de un día para otro. Nos quedamos sin el recurso que nos daba AiBa y tuvimos que rehacernos. Día a día fuimos montando esto de la mejor manera posible para los animales”, explica. Tras la salida de la asociación, el Ejecutivo dejó la gestión de las instalaciones en manos de FCC como parte del contrato de Parques y Jardines.
![[Img #42717]](https://zigzagdigital.com/upload/images/12_2025/1525_f1.jpg)
EL DÍA A DÍA
En una soleada y sorprendentemente calurosa mañana, la concejala y las trabajadoras del centro reciben al equipo de ZIGZAG en las instalaciones. En el patio de recreo, nada más entrar, esperan dos cachorros de mastín recientemente aterrizados en el Centro de Protección Animal de Valdemoro, que actualmente alberga a una treintena de perros y más de un centenar de gatos. “Las instalaciones son viejas, pero están bien cuidadas. Muchos animales ven menos al médico en su casa”, apunta durante la visita una de las empleadas, Ana. “Este es un mundo aparte, te tiene que gustar mucho para trabajar aquí”.
Un compromiso que es visible en los propios cheniles en los que descansan los animales. Todos ellos están decorados con el nombre de los animales que la madre de Ana teje en lana cada vez que llega uno nuevo. “A veces tenemos que frenar porque tenemos problemas con la familia”, reconoce. Porque este es un trabajo que traspasa las puertas del centro: “A los gatitos bebés hasta nos los llevamos a casa porque, si se quedan aquí, se mueren”.
La plantilla, que varía en función de la demanda del centro, cuenta en la actualidad con cinco trabajadores -cuatro mujeres y un hombre- y un veterinario. “Nos dejamos la piel –defiende Ana–. Intento ser objetiva y no lloriquear, pero se trabaja muchísimo porque los animales son muy dedicados”. Es por ello que dicen no entender muchas de las críticas que pueden leerse en redes sociales y que se han incrementado desde la salida de AiBa.
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Las historias de los animales que viven en las instalaciones son un fiel reflejo de lo que muchos consideran una pandemia silenciosa. En España se abandonan 33 mascotas cada hora y, de hecho, en 2024 se recogieron más de 292.000 perros y gatos en nuestro país, la cifra más alta de los últimos cinco años.
Ringo es el animal que más tiempo lleva viviendo en el Centro de Protección Animal de Valdemoro con ocho años a la espera de encontrar una familia. Junto a él, hay compañeros que han pasado por situaciones difíciles de dueños que los abandonaron en plena calle o que han dejado de hacerse cargo de ellos por complicadas relaciones personales. Una familia entre la que ha llegado a haber un pato y que hoy cuenta con un hurón.
![[Img #42718]](https://zigzagdigital.com/upload/images/12_2025/8938_f2.jpg)
La integración de los animales en el centro no es fácil: “Sólo hay tres perros que estén socializados, el resto tienen que salir a jugar de uno en uno”. Para reconducir su comportamiento, reconocen las trabajadoras, “habría que invertir un tiempo que no tenemos”. Los gatos conviven juntos en su propia nave, pero hay tal cantidad de ellos que muchos ocupan los chelines de los perros.
Aunque los animales no estarían en ningún sitio mejor que en un nuevo hogar, la plantilla del centro recuerda que cada adopción exige responsabilidad y compromiso. “Avisamos a la gente no solo de lo bueno, sino también de lo malo”, subraya Ana. “Cuando alguien devuelve un animal, el proceso vuelve a empezar: cuarentena, periodo de adaptación, EPI para manipularlo… Es muy duro para ellos y para nosotros”.
En cualquier caso, lo cierto es que las cifras de adopción han mejorado en el último año. Si entre julio y diciembre de 2024 se registraron 27 adopciones, en 2025 el dato se acercará al medio centenar. “No está mal”, comparte la concejala, que pretende llevar a cabo próximamente una campaña de concienciación y sacar adelante un curso de voluntariado para todas las personas que quieran colaborar con el centro.
EL FUTURO
Gobierno y trabajadores coinciden, con todo, en que hay margen de mejora. Durante la visita, Ana cuenta a la concejala que hay que buscar alguna medida para evitar que los perros se escapen por una de las verjas del espacio de recreo. Es sólo uno de los puntos a mejorar de unas instalaciones a las que le pesan los años. “Lo ideal sería ampliarlo o hacer incluso un nuevo centro –admite Fernández-Gil–. No será en esta legislatura, pero debería abordarlo esté quien esté”.
El otro punto a tener en cuenta será el control de las colonias felinas por seis meses. La gestión del servicio, adjudicado por urgencia durante sólo seis meses, deberá volver a salir a licitación este mes de enero. Desde el Gobierno, explican, la intención es lanzar lo antes posible un contrato más grande.
Mientras tanto, el Centro de Protección Animal continúa su funcionamiento. “Nos pegamos muchas palizas, pero alguien tiene que hacerlo”, resume Ana.
![[Img #42719]](https://zigzagdigital.com/upload/images/12_2025/5705_f.jpg)













Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.170