Birdlife
Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Historia de la prensa en Pinto: el largo silencio

Agustín Alfaya Martes, 21 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura:

Combate y El Combatiente fueron dos panfletos de guerra editados en Aranjuez y Carabanchel, respectivamente, por el Partido Comunista de España.

Después de Entre Pinto y Valdemoro, el mu­nicipio entra en una larguísima etapa de aban­dono y orfandad mediáticas que se prolongará hasta las postrimerías del franquis­mo. Pero esta anemia de publicaciones periódicas de proximidad no fue una particularidad de Pinto ni mucho menos, los demás municipios de nuestro entorno —y aún de España entera— fueron tributarios del mismo déficit.

 

Ni durante la dictadura de Primo de Rivera (1923- 1930) —exceptuado el caso de Aranjuez que tuvo dos periódicos—, ni en la II República, ni en la casi tota­lidad del extenso periodo de dictadura franquista se pu­blicarán en el sur de Madrid cabeceras de prensa local que merezcan tal nombre.

 

LA II REPÚBLICA HACE MUTIS

 

Sorprende que durante la II República no se conoz­ca prensa local alguna en ninguno de los municipios del Madrid meridional. Lo esperado era que, tras abolir la censura previa impuesta a la prensa por la dictadura de Primo de Rivera, esta tuviera un resurgir en la República, pero no fue así en nuestro entorno geográfico.

 

Los políticos que se opo­nían al régimen de Alfonso XIII se transformaron. De una beligerancia franca contra la ausencia de libertades y derechos democráticos –entre ellos la libertad de expresión– pasaron, una vez en el poder, a arbitrar medidas de contención de aquellos mismos derechos constitucionales que habían defendido, con el pretexto de salvaguardar el régimen republicano.

 

Combate y El Combatiente son dos panfletos de guerra editados en Aranjuez y Carabanchel, respectivamente, por el Partido Comunista de España.

 

Las multas, suspensio­nes y cierres de periódicos fueron la tónica constante de los gobiernos republicanos, que hicieron de la libertad de información una formu­lación ideológica carente de aplicación real. Para ello se utilizó la Ley de Defensa de la República que permitía ejercer un control tenaz de la labor informativa de los medios. En el momento en que un periódico discrepaba o vertía una opinión ame­nazante para el gobierno, se suspendía de forma inme­diata. Y esta censura no se aplicaba solo contra las pu­blicaciones extremistas, sino que fue algo perseverante que se fue reproduciendo durante toda la Segunda República con gobiernos de izquierda y de derecha. En conclusión: La prensa fue observada, antes que nada, como un problema de estricto orden público.

 

Así pues, la llegada del nuevo régimen dispuso un sis­tema de libertades que, en la práctica, no fue capaz de cumplir. Porque, aunque la Segunda República instauró un régimen de libertad de expresión amparado por la Constitución de diciembre de 1931, la prensa vivió la incongruencia legal de disponer de una libertad expresamente declarada en la Constitución y literalmen­te vapuleada por otras leyes, especialmente la Ley de Defensa de la República y la Ley de Orden Público.

 

El Frente Popular y, sobre todo, la Guerra Civil destru­yeron la escasa independen­cia que aún podía restarle al periodismo.

 

EL COMBATE Y EL COMBATIENTE

 

Ya en plena guerra civil se publican dos panfletos Combate (1936-1937), en Aranjuez, y El Combatiente (1936-1938), en el frente de Carabanchel.

 

Fueron dos panfletos editados por el Partido Comunista de España. Concebidos como órganos de lucha contra el bando fascista, estaban financiados por la “Gran Unión Soviética”, como explican las mismas publicaciones.

 

Combate y El Combatiente son dos panfletos de guerra editados en Aranjuez y Carabanchel, respectivamente, por el Partido Comunista de España.

 

Al igual que los órga­nos de propaganda de los golpistas del llamado bando nacional, que ensalzaban el nacismo y el fascismo y ocultaban o jaleaban sus crímenes, Combate y El Com­batiente obviaban cualquier crítica de los asesinatos y depuraciones estalinis­tas, mostrando a la Unión Soviética como el ideal de libertad y liberación de la clase obrera y campesina.

 

Además de estos dos im­presos, en los cuarenta años que transcurren desde 1928 hasta finales de la década de los sesenta, sólo pode­mos dar cuenta de otras tres publicaciones en el conjun­to de todas las localidades del sur de Madrid: La hoja parroquial Lúceat! (1940- 1977), de Getafe; El Punto de Pin­to, que parece que tuvo una breve vida en algún momento de los años cua­renta; y Pregom (1963-1964), editado por el Hogar Parro­quial de Pinto.

 

De ellos trataremos en el siguiente artículo.

Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.144

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.