Un bebé de un mes, hospitalizado tras ser rociado con un extintor en una urbanización de Parla

Una bebé de apenas 35 días de vida tuvo que ser hospitalizado de urgencia el pasado 3 de octubre tras sufrir una agresión en la urbanización Fuente Arenosa, 1 de Parla, un conjunto residencial marcado por los problemas de convivencia y la okupación de viviendas.

Según fuentes policiales, el suceso se produjo alrededor de las 14.00 horas, cuando una discusión entre dos vecinas terminó con la descarga de un extintor sobre la madre y la pequeña. La espuma alcanzó de lleno a la recién nacida, provocándole graves dificultades respiratorias.

Los agentes acudieron al lugar tras recibir un aviso de un residente que alertaba de que una mujer intentaba llevarse a una bebé de una vivienda. A su llegada, encontraron a la madre con la niña en brazos, inmóvil y con signos evidentes de asfixia. Mientras pedía ayuda y aseguraba que su vecina “quería matar a su hija”, los policías comenzaron las maniobras de reanimación y mantuvieron la asistencia durante el traslado al Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla, donde la menor fue ingresada.

La investigación apunta a que la agresión se produjo tras una serie de disputas previas entre ambas mujeres. La presunta autora, una mujer de 40 años y nacionalidad magrebí, habría vaciado el contenido del extintor sobre la madre y su bebé después de una nueva discusión. La acusada, que cuenta con antecedentes por lesiones y amenazas, fue denunciada y citada para un juicio rápido por un delito leve.

Vecinos de la zona aseguran que los conflictos en Fuente Arenosa, 1 son frecuentes. El complejo, propiedad de la Sareb, fue en su origen un conjunto de viviendas de protección oficial, pero tras el abandono de muchos inquilinos comenzaron las ocupaciones ilegales. Desde entonces, el vecindario convive con problemas de inseguridad, tráfico de drogas y enfrentamientos.

No es el primer incidente grave ocurrido en este enclave. En febrero, un hombre de 35 años fue apuñalado durante una pelea por el robo de un teléfono móvil. Los residentes reconocen que, aunque todavía quedan familias que residen de forma legal, la situación se ha deteriorado con el paso del tiempo.