
La estudiante del IES Anselmo Lorenzo obtuvo una calificación de 12,575 en la PAU. Supera con creces el corte en el que se quedó el año pasado la carrera a la que aspira: el Grado en Física en la Universidad de Granada.
El paso del instituto a la universidad siempre entraña un cambio importante, más si cabe si viene acompañado de una mudanza a otra ciudad. Violeta Rueda (2007), la alumna del Instituto Anselmo Lorenzo con la nota más alta de la PAU en San Martín de la Vega, dejará el municipio que la ha visto crecer para mudarse junto a su familia a Granada, donde planea estudiar el Grado en Física.
Sus padres se instalaron en San Martín por trabajo antes de que ella naciera y llevaban varios años buscando regresar a su ciudad natal, donde ya cuentan con una vivienda que está siendo reformada. “Los dos son profesores. Mi padre da clases de Armonía y Piano en el conservatorio y mi madre es maestra de Historia en Secundaria. Nos vamos —la familia la completan sus dos hermanos: uno mayor, que acaba de terminar el Grado en Derecho, y uno menor, que pasa a 4º de Secundaria— porque le acaban de conceder a ella el traslado que venía esperando desde hace tiempo”, explica la joven, que ahora mismo se encuentra realizando un interrail por Europa junto a varias amigas, aprovechando la tranquilidad y libertad que le da tener la nota suficiente para entrar a la carrera que quiere.
Su 12,575 sobre 14 supera con creces el 11,575 en el que se quedó el año pasado el corte en Física en la Universidad de Granada (UGR). Es la misma titulación que empezó y nunca terminó su padre, que no sólo le ha brindado el privilegio de contar en casa con un profesor particular de piano, sino que también le ha transmitido desde pequeña el interés que él nunca ha dejado de sentir por saber cómo funciona el universo. “Hizo hasta tercero. La estaba compaginando con las enseñanzas artísticas superiores y llegó un momento en el que escogió la música”, comenta la sanmartinera, a la que le encantaría ser astrofísica para dedicarse a estudiar cómo nacen, viven y mueren las estrellas.
El cambio que se avecina en septiembre lo afronta con ganas y con algo de pena por tener que dejar San Martín de la Vega. En Granada tiene a toda su familia y es el sitio en el que siempre ha pasado los veranos y las Navidades, lo que a todas luces va a hacer más fácil la adaptación. “Echaré de menos San Martín, a donde espero volver siempre que pueda, pero llevo diciendo desde pequeña que quiero estudiar en la UGR”, declara Violeta, contenta de que el traslado de su madre haya coincidido con el inicio de sus estudios universitarios.
Las fiestas, sagradas
Al contrario de lo que suelen compartir muchos estudiantes cuando terminan 2º de Bachillerato y la selectividad, la futura universitaria recordará este año como una etapa entretenida y nada estresante, en la que disfrutó mucho y se sintió motivada a mejorar al notar por fin una exigencia real.“Creo que el problema es que la gente ve el estudio como una obligación. A mí me apasiona y nunca me he visto obligada a ello. Quiero ser física, pero me gusta conocer lo que defendían los diferentes filósofos o saber qué ocurrió en un determinado momento de la historia”, expresa la destacada alumna del IES Anselmo Lorenzo, para la que recargar las pilas con una siesta al volver del centro era un imperativo.
Violeta estudiaba todos los días, aunque no dedicaba siempre las mismas horas a esta tarea. La carga fue especialmente considerable las jornadas anteriores y posteriores a los festejos de San Marcos al tener un deber que cumplir: despejar los días de las celebraciones para que su única preocupación fuesen los guisos, las orquestas y los fuegos artificiales. “No me he privado de ninguna fiesta. Son sagradas y me encantaría estar aquí el año que viene y disfrutar también con mis amigos de la Nochevieja, a ver si es posible”.
Un diez en Filosofía
La sanmartinera se sumó a la moda de grabar un vídeo reaccionando a las notas de la PAU 2025 para guardar para siempre un recuerdo de ese momento. “Estaba con mi madre y vivimos una montaña rusa de emociones. No lo quería subir a redes sociales, pero me grabé para mí y para pasárselo a mis amigos”, aclara, señalando que “más o menos” acertó todas las calificaciones, si bien es cierto que Matemáticas le sorprendió para bien y Lengua fue algo más baja de lo que esperaba.
“Dicen que fue un examen fácil de aprobar en el que era difícil sacar nota”, apunta Violeta, que se enfrentó al ejercicio con grandes expectativas. “Me preparó el mismo profesor que había tenido mi hermano mayor. Él logró sacar un ocho con un seis en Bachillerato y yo tuve un 7,25 habiendo obtenido una mención de honor”, detalla, tratando de poner en palabras el varapalo que sintió, compensado al momento por su diez en Filosofía.
Del IES Anselmo Lorenzo no sólo echará de menos a sus compañeros de clase, sino también a los profesores que la han preparado y ayudado a conseguir la calificación que necesitaba para entrar en la carrera de sus sueños en un año especialmente desafiante por el cambio de modelo. Con ellos ha querido tener unas palabras especiales de cariño y gratitud: “Agradezco a María Torres por despertar mi gusto por las matemáticas; a Miguel Ros por su entusiasmo; a Olga por su dulzura; a Juan Miguel, gracioso y astuto; a David Casado, el profesor más cercano y cariñoso; a Daniel Puertas, siempre velando por nosotros y por último a Miguel Ángel, gran filósofo y persona”.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.182