
El deportista del club Villa de Valdemoro se mediará a los mejores jugadores nacionales de 50 a 60 años. La competición tendrá lugar del 28 de febrero al 2 de marzo en Tarragona.
Es atípico no haber tenido alguna vez una pala de ping-pong entre las manos. Como actividad en la asignatura de Educación Física, como juego dentro de la oferta de ocio de algunos hoteles o como regalo de Reyes en forma de mesa desmontable… El tenis de mesa llega a la vida de los niños españoles a través de diferentes vías, aunque pocos son los que optan por él cuando tienen que escoger a qué deporte dedicar su tiempo libre tras la escuela.
Francisco del Mazo (1973), al que sus conocidos y amigos conocen como ‘Fransuá’ por sus orígenes galos, es una de las excepciones que confirman la regla. Nacido en Francia, llegó a Pinto con sus padres cuando apenas tenía un año y comenzó a perfeccionar sus golpes con la pala de tenis de mesa a comienzos de los años 80, a la edad de 9 o 10 años. “Un hombre procedente de Linares me vio un día jugando en la calle y me animó a apuntarme al club que fundó en Pinto. Estuve hasta los 15 años, cuando el equipo desapareció al volver él a trabajar a Jaén”, relata el veterano deportista a ZIGZAG sobre sus comienzos en el deporte nacional de China.
Fransuá se quedó sin nada y dejó temporalmente el tenis de mesa en 1989, después de enfrentarse en el Campeonato de España a los mejores jugadores de categoría infantil de todo el territorio nacional. No lo retomaría hasta dos décadas después, con 35 años, cuando el destino quiso que un conocido se interesara por su pasado como jugador de ping-pong y le animase a acudir con él a las instalaciones del club Villa de Valdemoro. “Fui una tarde y me volví a enganchar. La pena es haber perdido los años buenos, de la adolescencia a la veintena, pero ahora estoy disfrutando de una segunda juventud”, declara entre risas el pinteño, quien también jugó al fútbol en el Atlético de Pinto y en el Bühler, club deportivo de la compañía para la que trabajó.
El jugador del Villa de Valdemoro arrancará el 2025 representando a Pinto en la categoría de 50 a 60 años del Campeonato de España de Tenis de Mesa, tras hacerse con una de las cuatro plazas que se otorgaron en el clasificatorio disputado en Collado Mediano el fin de semana del 7 y 8 de diciembre. El torneo se disputará entre el 28 de febrero y el 2 de marzo en Tarragona y, en él, Fransuá aspira a subirse al podio con una medalla colgada al cuello. “Ángel Oltra, el actual campeón de España en mi categoría, fue quinto en Madrid y se ha quedado sin ir. Ese es el nivel que tenemos aquí y lo que me hace pensar que puedo hacer un buen papel en el estatal”, explica el deportista, que nunca ha logrado pasar de cuartos en la cita. No lo hizo ni cuando era pequeño ni en las dos ocasiones que ha conseguido clasificarse para la competición nacional en su segunda etapa como jugador, siendo la última hace dos años. “No estaba en mi mejor nivel, pero conseguí la plaza. Viajé a Jaén y caí en cuartos ante un rival que disputó la final”.
Al margen de su desempeño individual, Fransuá también juega en equipo y en dobles. Forma parte del conjunto del CTM Villa de Valdemoro que compite en segunda nacional y también “echa una mano” al de primera territorial para contribuir a su ascenso. “Ahora mismo el club tiene equipos en esas dos categorías y queremos que el de primera territorial suba a tercera nacional para que no haya un escalón. El objetivo con el de segunda era lograr la permanencia, pero nos está yendo muy bien y ahora mismo vamos segundos”, declara el vecino de Pinto sobre una liga que se decide a base de enfrentamientos al mejor de seis partidos, donde se miden jugadores de todas las edades.
Fransuá también aspira a repetir esta temporada sus buenos resultados en las citas regionales. El pasado mes de junio, el pinteño logró ser subcampeón de Madrid en veteranos de más de 50 años y conquistó el campeonato de Madrid por equipos junto al también pinteño Manuel Lorenzo. La pareja local logró remontar un 0-2 para imponerse al Usera TM y hacerse con el título en una modalidad en la que el deportista de Pinto dice sentir “menos responsabilidad” al no depender el resultado únicamente de sus movimientos y decisiones. “Con Manuel me llevo muy bien porque llevamos jugando mucho tiempo juntos y sabemos que ambos podemos fallar, igual que podemos acertar y ganar el partido”.
Un deporte que sirve de terapia
El jugador lamenta que, con el paso de los años, las mesas de ping-pong hayan ido desapareciendo de los colegios, parques y salas de recreativos y se hayan visto relegadas a ocupar un lugar muy marginal en las instalaciones deportivas. “Yo jugaba en el Colegio El Prado y en el Instituto Vicente Aleixandre, iba también a los recreativos… Ahora me parece que cada vez es más complicado encontrarlas y las que hay en los pabellones están escondidas”, señala el deportista, apenado por el trato que recibe un deporte “muy divertido” que potencia la agilidad mental. “Es muy completo”.
El tenis de mesa no sólo mejora la coordinación mano-ojo y agudiza los reflejos de aquellos que lo practican, sino que también se ha convertido en una forma de fisioterapia para los enfermos de Parkinson. Así lo quiere demostrar la Comunidad de Madrid que, en octubre, inició el primer estudio en España para evaluar si la práctica de ping-pong puede mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este trastorno degenerativo, algo que ya han adelantado varias investigaciones y que aseguran los enfermos que han incorporado el ejercicio semanal a su rutina.
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