
El centro también consolida su experiencia en cirugía de cataratas tras superar las 1.000 intervenciones en 2024.
El Hospital Universitario Infanta Elena ha realizado recientemente con éxito su primera intervención quirúrgica utilizando la actualización de un dispositivo mínimamente invasivo que proporciona una alternativa eficaz y segura a la cirugía tradicional para la corrección del pectus excavatum, (también llamado tórax en embudo), una deformidad congénita de la caja torácica caracterizada por pecho hundido en la región del esternón que hace que varias costillas y el esternón crezcan de forma anormal y que puede afectar a la función cardiaca y pulmonar.
La incorporación a su cartera de servicios de este innovador método quirúrgico, que ofrece una solución extratorácica mínimamente invasiva, ampliando las opciones de tratamiento quirúrgico de esta malformación del tórax a pacientes adultos y niños, representa un avance significativo en la oferta asistencial del hospital.
La intervención estuvo liderada por el doctor Yuri Anthony Bellido, especialista del Servicio de Cirugía Torácica del Infanta Elena con amplia experiencia en este ámbito y especializado en deformidades y patologías complejas del tórax, quien considera este sistema quirúrgico como “una alternativa transformadora a las técnicas tradicionales, permitiendo un abordaje menos invasivo y una recuperación más rápida para los pacientes”.
Y es que, partiendo de que la quirúrgica es actualmente la única alternativa definitiva para corregir el pectus excavatum, este abordaje representa una menor agresión quirúrgica, elimina la necesidad de extirpar fragmentos de costillas, cortar huesos o introducir material metálico en el interior de la caja torácica, reduce la pérdida de sangre durante la intervención y permite una recuperación más rápida de los pacientes, la mayoría de los cuales pueden volver rápidamente a su actividad habitual.
El equipo quirúrgico contó también con la participación del doctor Ignacio Muguruza, jefe del citado servicio y experto en procedimientos complejos y mínimamente invasivos, con especialización y amplia experiencia en cirugía robótica (RATS) y toracoscópica (VATS); y la asistencia del doctor Daniel Cabral, cirujano del Hospital Pulido Valente (Lisboa), cuya extensa experiencia quirúrgica, especialmente en lobectomías mediante técnicas avanzadas, lo posiciona como referencia internacional en el campo.
El pectus excavatum, una depresión de la porción anterior de la pared del tórax que afecta al esternón, los cartílagos costales y las costillas óseas, afecta a 1 de cada 300 recién nacidos, y es más común en varones. Aunque en la gran mayoría de casos, los pacientes son asintómaticos, los que no lo son presentan con mayor frecuencia una disminución de la tolerancia al ejercicio, y existe una asociación con patologías como la escoliosis y el asma o hiperreactividad bronquial, pudiendo, en los casos severos, derivar en una disminución significativa de los volúmenes pulmonares y cardíacos.
Referencia nacional en cirugía de cataratas
Por otra parte, el Infanta Elena también se ha consolidado como centro de referencia nacional en cirugía de cataratas, principal causa de ceguera reversible a nivel mundial. Concretamente, en 2024, el hospital superó las 1.000 intervenciones de cataratas, lo que refleja su enfoque prioritario en la salud visual, área que ocupa el 11 por ciento de su actividad quirúrgica. Con un equipo altamente especializado y tecnología de última generación, el centro garantiza un abordaje quirúrgico efectivo y adaptado a las necesidades individuales de cada paciente.
La catarata es una opacidad del cristalino, la lente natural del ojo, que afecta progresivamente la calidad de visión. Aunque es indolora, puede limitar de manera significativa la autonomía del paciente. “La cirugía es, hoy en día, el único tratamiento definitivo que permite corregir defectos refractivos como la miopía o el astigmatismo y eliminar la catarata, lo que mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes”, explica la doctora Marta Belmonte Grau, especialista del Servicio de Oftalmología del hospital, que destaca por ofrecer procedimientos personalizados, apoyados en un análisis detallado de las necesidades visuales de cada paciente.
Así, cuenta con una tasa de éxito superior al 90 por ciento, resultado de la combinación de tecnología puntera, como los sistemas de ultrasonidos para la fragmentación del cristalino, y la amplia experiencia de su equipo médico.
Aunque el envejecimiento es el principal factor de riesgo para el desarrollo de cataratas, existen otros que podrían evitarse, como la radiación ultravioleta. Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una buena nutrición, ejercicio regular, evitar el tabaquismo y moderar el consumo de alcohol, también puede contribuir a prevenir su aparición. Además, reconocer síntomas como visión borrosa, pérdida de contraste o dificultades para ver de noche es fundamental para intervenir a tiempo.
Por su parte, la doctora Adriana Pascual, directora médica del Hospital Universitario Infanta Elena, reafirma el compromiso del centro con la excelencia asistencial: “Nuestro objetivo es acompañar al paciente en todo el proceso, desde el diagnóstico hasta la recuperación, garantizando una atención de calidad que combina tecnología avanzada y una atención humana y cercana”, asevera.
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