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El Ministerio de Igualdad investiga si se organizaron terapias de conversión en Ciempozuelos

Raúl Martos Martínez Jueves, 23 de Enero de 2025 Tiempo de lectura:
El sacerdote Julián Lozano junto con los participantes del acto celebrado en Ciempozuelos.El sacerdote Julián Lozano junto con los participantes del acto celebrado en Ciempozuelos.

La parroquia Santa María Magdalena de Ciempozuelos acogió la jornada ‘Transformados: de la vida ‘gay’ a la vida en Cristo’.

No es terapia, asociación española contra las terapias de conversión, ha denunciado a la Archidiócesis de Madrid y a las diócesis de Getafe y Alcalá de Henares, junto a una decena de personas, por promover y acoger terapias de conversión a personas del colectivo LGTBI+. En concreto, la entidad ha puesto el foco en el proyecto ‘Transformados: de la vida ‘gay’ a la vida en Cristo’ que dice estar dirigido a “aquellas personas con tendencia o atracción hacia el mismo sexo que pueden, por medio de un camino de conversión o de cambio de vida, volver de vuelta a sus orígenes biológicos”.

 

‘Transformados’ es una iniciativa desarrollada por la empresa Media Salud Comunicación S.L. que tiene como administradora única a Marta Sanz, periodista católica que se autoproclama especialista en sanidad y ciencia. Las sesiones consisten en testimonios de personas que “tras una experiencia de fe, decidieron abandonar una vida marcada por el pecado homosexual y optar por vivir en castidad y más cerca de Dios”.

 

La denuncia, presentada el pasado 30 de diciembre, recoge cómo en junio de 2023 se llevaron a cabo charlas de este tipo en las parroquias Madre Maravillas, San Isidoro y Pedro Claver y en la iglesia de San Ildefonso. En el mismo mes de junio de 2024 volvieron a repetirse en la parroquia Santísimo Cristo de la Victoria, iglesia de San Ildefonso y el salón de actos del obispado de la Diócesis de Alcalá de Henares.

 

Uno de estos encuentros también se produjo el año pasado en la parroquia Santa María Magdalena de Ciempozuelos. Estuvo a cargo de un viejo conocido, Julián Lozano, su antiguo vicario parroquial y que actualmente trabaja para la parroquia San Pablo VI de Móstoles.

 

La denuncia

 

Saúl Castro, presidente de la asociación y abogado especializado en derechos LGTBI, estuvo presente en algunos de estos encuentros: “Llevaban a ex homosexuales que habían abrazado la castidad para contar su proceso de transformación y cómo enfrentaban las heridas que les habían llevado a tener esa orientación sexual y cómo gracias a su encuentro con Jesucristo habían dejado de ser esclavos de ella”. En los actos también se celebraron misas, los sacerdotes dieron charlas y se contestaron las preguntas de los asistentes.

 

En su opinión, tal y como desgrana en la denuncia, la celebración de estas charlas incumple la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI+, más conocida como Ley Trans, donde se prohíben explícitamente las terapias de conversión en el artículo 17. Del mismo modo, No es terapia solicita en su denuncia que la Dirección General de Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad abra un expediente sancionador.

 

Y así lo ha hecho. La responsable de Igualdad del Gobierno de España, Ana Redondo, se reunió con el propio Saúl Castro el pasado 14 de enero para conocer el caso en primera persona y anunciar que el ministerio que dirige “va a analizar el contenido de la denuncia para estudiar las acciones a impulsar en el marco de sus competencias”. La ley contempla sanciones que van desde los 200 hasta los 150.000 euros y podrían conllevar la prohibición de recibir ayudas públicas, siempre en función de la gravedad de los hechos.

 

Independientemente del recorrido judicial del caso, el director general para la igualdad real y efectiva de las personas LGTBI+, Julio del Valle, que también estuvo presente en el encuentro, ha señalado la necesidad de “abrir un debate social sobre lo que significan las terapias de conversión, que niegan la identidad de las personas y su orientación sexual”. Del Valle considera que actividades de este tipo “pueden acarrear consecuencias psicológicas a lo largo de toda la vida, afectando a su vida afectivo-sexual”.

 

Niegan los hechos

 

A pesar de la gravedad de los hechos denunciados, la respuesta de las instituciones religiosas implicadas ha sido escueta. El Arzobispado de Madrid ha aseverado que “no se ha dado permiso para terapias para personas homosexuales” y que, en cualquier caso, “el arzobispado se desmarca de la organización de estas iniciativas y de cualquier empresa privada que las lleve a cabo”. Asimismo, ha recordado que “las terapias ya han sido rechazadas por la Santa Sede que instó en 2021 a no secundar, participar ni recomendar estos tratamientos”.

 

Por su parte, la institución de la que depende la parroquia ciempozueleña se ha limitado a señalar que “a raíz de las recientes informaciones publicadas, la Diócesis de Getafe reitera y subraya su rechazo a las terapias de conversión para personas homosexuales”. Julián Lozano también se ha pronunciado sobre lo sucedido en Ciempozuelos: “Se trata de una conversión a la fe en Cristo. No se habla para nada de ningún tipo de terapia”. Asegurando que “algunas personas con esta atracción han sido de gran ayuda en mi vida”, Lozano ha garantizado que “no hay nada que esconder, no hay odio, hay libertad para exponer la mirada de la Iglesia y acción de Dios”.

 

¿Qué pasó en Ciempozuelos?

 

Pero lo cierto es que lo que se dijo en la parroquia Santa María Magdalena fue bien distinto. Desde el mismo arranque, Julián Lozano dejó bien claro por dónde irían los tiros: “El término gay, acuñado el siglo pasado en Estados Unidos, indicaba una vida sin límites convencionales ni compromisos, dada a la búsqueda del placer carnal dentro del ambiente de la homosexualidad”. Una acepción completamente obsoleta y que se remonta hasta su origen real como derivación de la palabra latina ‘gaudium’ (gozo) usada en Francia en el siglo XII. Hoy, el diccionario de la lengua española simplemente define gay como una persona homosexual, es decir, inclinada sexualmente hacia individuos de su mismo sexo.

 

El encuentro contó con la presencia de su principal valedora, Marta Sanz, que utilizó su intervención para denunciar “los engaños de la ideología de género que pretenden destruir a la familia, las personas y a la religión cristiana, especialmente la católica”. También habló del proyecto ‘Transformados’ y de los testimonios de sus participantes, que son “personas que han abandonado el colectivo tras un encuentro con Cristo”. Para ella este es “el verdadero cambio” porque el resto de personas con las que dice haber hablado y que no habían optado por esta vía “habían necesitado terapias de conversión y habían fracasado en la mayoría de los casos”.

 

Después fue el momento de los testimonios del día, los de Fran y David. Dos duras historias sobre maltrato infantil, violación, adicción a las drogas y prostitución que, según su relato, derivaron en tendencias homosexuales. “Cuando me acerqué a Dios investigué con psicólogos, psiquiatras y médicos católicos y entendí que lo que había provocado este sentimiento hacia personas del mismo sexo fueron las heridas, traumas y circunstancias que sufrí”, explicó uno de ellos. Tras tener una “revelación” y participar en retiros espirituales, ambos optaron por la castidad y dedicar su vida a Dios: “Dejar el mundo gay no fue fácil”.

 

Julián Lozano fue el encargado de cerrar el acto. “Estoy convencido de que decenas de personas, oyendo esto, no se abren a ello porque todavía no están preparados”, lamentó. El antiguo vicario parroquial de Ciempozuelos también previó la polémica que acarrearía la jornada porque “habrá personas que viendo esto dirán que somos homófobos, pero a Jesús también le dijeron que era un blasfemo y que estaba endemoniado”.

 

Rechazo

 

Desde que se dio a conocer la celebración del acto, decenas de personas acudieron al Ayuntamiento de Ciempozuelos para alertar de lo que estaba a punto de ocurrir. “En cuanto tuvimos conocimiento de los hechos se pusieron en manos de las entidades responsables para que valorasen si entraban dentro de la legalidad”, cuenta la alcaldesa, Raquel Jimeno, para la que la convocatoria “no parece adecuada ni dentro de la ley”.

 

En su opinión, “el problema no es que se promueva que las personas se incorporen a la vida en Cristo, sino dejar entrever que es una solución a un supuesto problema de homosexualidad cuando, evidentemente, no es nada negativo”. La regidora asegura que ha intentado en más de una ocasión hacer entrar en razón al propio Julián Lozano: “He hablado muchas veces con él que libertad es tanto optar por la religión que uno quiera como sentir de la manera que cada uno elija, una cosa no es contradictoria con la otra”. A pesar de todo, garantiza que las relaciones del Ayuntamiento de Ciempozuelos con las instituciones católicas del municipio “son excelentes y lo seguirán siendo, aunque tenga que corregirse alguna acción concreta”.

 

Aunque Raquel Jimeno defiende que “Ciempozuelos es un municipio completamente tolerante”, lo cierto es que los incidentes de odio motivados por cuestiones de orientación sexual han aumentado en la Comunidad de Madrid. El último informe del Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia de la asociación Arcópoli -que ha declinado participar en este reportaje y no se ha pronunciado públicamente sobre lo sucedido- señala que en 2023 se reportaron 209 casos frente a los 173 que produjeron el año anterior. La mayoría (37,3%) se redujeron a ataques verbales, pero también se realizaron discursos de odio (12,5%), agresiones físicas (11,5%) e incluso daños a la propiedad.

 

Para el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia, “la violencia y la discriminación permanecen arraigadas, lo que subraya la urgencia de implementar políticas públicas más efectivas y de fomentar un entorno de mayor denuncia y apoyo a las víctimas, para garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad LGTBI”.

 


 

En cifras

 

42 países, de los 195 que hay en el mundo, permiten que una pareja formada por dos personas de mismo género se puedan casar. Más de la mitad de ellos están en Europa. España fue el tercer país del mundo en aprobar el matrimonio homosexual. Lo hizo el 3 de julio de 2005.

 

68.700 enlaces matrimoniales entre personas del mismo género se registraron entre 2005 y 2022.

 

El 6% de los españoles se define como homosexual y un 5% bisexual.

 

209 agresiones homófobas se registraron en 2023, 36 más respecto a 2022.

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