Una de las reuniones del grupo.La comunidad internacional ha abierto un nuevo grupo en el municipio. Las reuniones tienen lugar los jueves, de 19.30 a 21.30 horas.
Alcohólicos Anónimos ha abierto un nuevo grupo en Ciempozuelos. La comunidad internacional, que ya se encontraba en otras localidades del sur de la Comunidad de Madrid como Pinto, Parla, Getafe o Leganés, llega al municipio con el fin de ponerse a disposición de todo aquel que necesite ayuda para recuperarse del alcoholismo.
“Hemos detectado que aquí hay muchas personas con necesidades a las que les vendría bien contar con un lugar al que acudir para escuchar lo que otros alcohólicos tienen que decir y compartir sus propios testimonios”, explica sobre la creación del grupo local Sara Martín, voluntaria de Alcohólicos Anónimos y vecina de Ciempozuelos desde hace 18 años. “Lo que hacemos es darnos fortaleza y esperanza los unos a los otros. En las reuniones puede haber médicos, psicólogos, empresarios… pero al final todos vamos en calidad de alcohólicos, porque es algo que no se cura, sino que sólo se detiene”.
El grupo sólo está abierto un día a la semana, los jueves, de 19.30 a 21.30 horas. Aquellos interesados en sumarse a las reuniones, que ahora mismo cuentan con una asistencia de entre 8 y 11 personas, pueden contactar con Alcohólicos Anónimos a través del teléfono 913 418 282 o acercarse en el día y hora señalados al local de la asociación Mambré (paseo de la Estación, 2) donde organizan los encuentros, al menos de forma provisional.
La intención es llegar a contar con su propio espacio en Ciempozuelos y que el número de reuniones vaya aumentando a medida que lo hagan los interesados en acudir a ellas. “Ahora mismo lo que hemos priorizado es que no coincidan con las del grupo de Pinto, pero nuestro propósito es ir ampliando”, señala Sara, quien entró a formar parte de Alcohólicos Anónimos hace 29 años, en Aluche, donde residía por aquel entonces.
Nueve décadas de historia
Alcohólicos Anónimos cumplirá 90 años en 2025. La comunidad tiene su origen en Akron, Estados Unidos, en el año 1935. Un hombre de negocios que había conseguido permanecer sin beber por primera vez tras intentarlo en varias ocasiones, Bill Wilson, buscó a otro alcohólico para compartir con él sus experiencias en un esfuerzo de superar un mal momento que estaba atravesando y que temía que lo llevase a recaer. Su encuentro con Robert Holbrook, más conocido como el doctor Bob S., fue fundamental para que ambos descubrieran que su capacidad de permanecer sobrios estaba muy relacionada con la ayuda y estímulo que se podían dar entre ellos compartiendo sus experiencias.
Ellos, sin ser realmente anónimos, fueron los primeros alcohólicos anónimos de la historia. Su éxito fue compartido con terceras personas, que contribuyeron al crecimiento gradual de una comunidad que tomó nombre en 1939, con la publicación del libro ‘Alcohólicos Anónimos’ por parte de Bill W, en cuyas páginas se recogen los 12 pasos que guían desde entonces los programas desarrollados por la comunidad. En la actualidad cuenta con más de 115.000 grupos locales, distribuidos prácticamente por todos los países del mundo.




















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