Birdlife
Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Gloria Galán

Breve ensayo sobre las ovejas

Viernes, 20 de Septiembre de 2024 Tiempo de lectura:

Se terminaron las vacaciones, vuelta al trabajo. Después de haber estado en plena naturaleza, rodeada de valles, ríos, bosques, animales, mar y montaña, me dicen que ya es hora de “volver a la civilización”. No quiero que nadie se ofenda, pero, para mí, la civilización es donde he estado, no lo que me encuentro cada año al regresar, en forma de noticias cada vez más surrealistas, actos repulsivos que se normalizan sin ningún reparo en admitirlo, gente haciendo daño gratuito por envidias y por no asumir su inteligencia fracasada.

 

Escribir se está convirtiendo en un deporte de riesgo. Dar una opinión supone, casi, casi, hacerse el harakiri. Enseguida aparecen “L@S LOB@S”, para atacar sin piedad en nombre de la libertad de expresión. ¿Perdona? ¿Quieren hacernos creer que insultar y faltar el respeto está dentro de sus derechos? Es muy, muy sutil la línea que separa la libertad de expresión con la falta de educación. Y esos animalejos “carnívoros” traspasan los límites, disfrazados de mis queridas ovejas, pero, por mucho que lo intenten, al final sus aullidos les delatan. ¡Mira que son tontos!

 

Me vienen a la mente dos frases, de mi libro ‘Enhumorada’, que vienen al caso: “La maldad, en ocasiones, viene, sinuosamente, disfrazada de egocaridad” y “A las personas envidiosas se las huele de lejos. Dejan un olor inconfundible a hipocresía”. De tanto vivir en la incivilización, se les está quedando la piel muy fina y, a sus neuronas, les empiezan a fallar los neurotransmisores de vuelta, porque los de ida se oxidan por el camino.

 

Así que, pensando en mis vacaciones civilizadas en un entorno pastoril, he decidido escribir un ‘Breve ensayo sobre las ovejas’, para que vosotros también opinéis. Voy a hablaros de estas simpáticas criaturas que, casi siempre, están en el punto de mira de “l@s lob@s” porque las consideran bobas y sin cerebro. ¡¡Con estos pensamientos, de nuevo salen a relucir sus inteligencias fracasadas!! Ya sé que puede parecer muy trillado el tema de lob@/ovejas, una simbología demasiado tópica entre el ego y la docilidad. Pues esta vez no va a ser así, porque mis ovejas, por fin, han sido estudiadas y escuchadas, y han puesto patas arriba (nunca mejor dicho) todas las estúpidas etiquetas que tenían marcadas por buena parte de la sociedad.

 

Os podrá parecer la mayor tontada del mundo escribir sobre ellas… Craso error. ¿Que por qué he elegido a este animal? En primer lugar porque hay una especie única, autóctona de mi tierra y alrededores, que es la oveja latxa, de la cual me siento muy orgullosa por lo auténtica que es, y en segundo lugar porque, gracias a ellas, se elabora el alimento que más adoro en el mundo: el queso. Es verdad que estaréis pensando que el queso también se puede elaborar con leche de vaca o de cabra… pero, ni por asomo, tiene el mismo sabor. Y, además, la leche de oveja tiene un contenido en proteínas tres veces superior al de las otras, cosa que hace, que sea más fácil de digerir. Pero esto, en según qué cabezas, no es bienvenido. No soportan que el queso de oveja tenga más proteínas que el resto de quesos y, en lugar de asumirlo y aceptarlo, se dedican a agriarlo para su enfermiza satisfacción personal. Así que, bienvenido todo lo que se pueda digerir sin que produzca daños colaterales en cuerpo y mente.

 

Para realizar este breve ensayo, he echado mano de un artículo que escribió Keith Kendrick, profesor de la Universidad de Greshman, de Londres, para la revista Nature. Si en algún momento dudáis y/o tenéis la extraña sensación de que lo que estoy escribiendo no tiene nada que ver con estas criaturas tan simpáticas y que, más bien, parece que estoy intentando contaros comportamientos y actitudes humanas a través de ellas… ¡¡¡Desechadlo rápidamente de vuestras mentes!!! ¡¡Cómo osáis, ni siquiera a pensarlo!! (Aquí me he venido arriba). Claro que podéis pensar lo que os dé la gana, incluso podéis dejaros llevar por vuestra intuición. Pero, por si acaso, si seguís dudando, os mando invito a consultar en este enlace el artículo en cuestión.

 

Sobre las ovejas, hay muchas curiosidades e información que la gente desconoce. Y claro, cuando se ponen a hablar sobre el tema, con esa gran ignorancia por la falta de documentación e investigación ¿qué es lo que ocurre? Pues lo de siempre: noticias falsas sobre su docilidad, mentiras sobre su vida con el rebaño, normalización de la etiqueta de que “son sumisas”… en resumen, bulos y más bulos bovinos. ¡Por favor! Sed más inteligentes que toda esa gente, que no distinguen las cacas de las ovejas de los conguitos.

 

Según el estudio de Keith Kendrick, “lo que más llama la atención de las ovejas es su ¡¡¡INTELIGENCIA!!! Son capaces, entre otras cosas, de aprender y diferenciar hasta cincuenta ejemplares de su misma especie. ¡Tienen una memoria excepcional!. Pueden reconocer rostros humanos recordando a aquellos que les han cuidado”. ¿Ha quedado claro? Me gustaría que, a partir de este artículo, se les empiece a quitar esa etiqueta de que las ovejas son tontas, estúpidas, lánguidas y que solo sirven para ser comidas y producir lana. Es una premisa aprendida y divulgada de generación en generación, sin mucha reflexión, por una parte importante de la sociedad. Lob@s, ¿habéis leído?… ¡¡Que no son tontas!! Y aunque sigan diciendo que van todas juntas porque no tienen personalidad, el estudio confirma que lo hacen porque, dentro del rebaño, son capaces de hacer muchas amistades entre ellas. No es que no tengan personalidad, que la tienen y muy bien marcada, sino que, también, tienen un carácter  tranquilo y apacible… ¡ah! y  muy inteligentes (por si no había quedado claro). Pero l@s lob@s quieren seguir actuando bajo esas premisas para alimentar su ego-aullido… en definitiva, para seguir dañándolas.

 

De nuevo me viene a la mente otra frase, esta vez de Mark Twain, que explica, con gran maestría, a lo que me estoy refiriendo: “Es como la vanidad y la impertinencia del hombre llamar tonto a un animal porque es tonto para sus tontas percepciones”… buenísimo.

 

Sí. Las ovejas viven en rebaño… pero no porque no sepan moverse si no hay nadie que les conduzca, sino que, se ha demostrado, lo hacen para asegurar su “supervivencia individual”. ¡¡Impresionante actitud!! La naturaleza no las ha dotado de recursos de defensa físicos contra aquellos depredadores, alimañas y demás animales que quieren destruirlas. Por eso, ante la amenaza de peligro corren a refugiarse en el centro del grupo, para minimizar las posibilidades de ser devoradas. De tontas no tienen ni una lana. Saben dónde van a encontrar refugio y salvación… junto a sus otras amigas ovejas.

 

El profesor Keith Kendrick lo explica, igualmente, con gran sabiduría: "Cualquier animal, incluidos los humanos, una vez que están asustados, no tienden a mostrar signos de comportamiento inteligente".

 

Bueno, en algunos casos, asustados y no asustados. ¡Ay lo que les cuesta conseguir este comportamiento inteligente!!

 

[Img #39154]

 

Otro dato curioso de la investigación del profesor, es que “las ovejas tienen muchos amigos dentro del rebaño y son capaces de sentir emociones como miedo, enfado, felicidad y llegar a sentir tristeza ante la muerte de alguna de ellas. También pueden tener sentimientos complejos e, incluso, mostrar síntomas de depresión cuando sufren aislamiento o estrés. Durante su paseo, una oveja se adelanta, periódicamente, al grupo para vigilar. Una segunda oveja la sigue y luego le indica al resto del rebaño que es seguro venir. Las ovejas que actúan como exploradoras suelen hacerlo durante toda su vida. Son capaces de cuidarse de sí mismas”. Y si no lo hacen, es sólo porque así las han hecho y enseñado, para seguir al pastor/a. Esto último, con una terapia conductista, se puede solucionar. Fijaos si son inteligentes que ese patrón de movimiento, hacia el centro del rebaño, es continuo y puede ser reproducido por modelos matemáticos. ¡¡Son la reencarnación de Leonardo Da Vinci!!

 

Y como último dato curioso del estudio, me voy a referir a su forma tan característica de comunicarse. “A través de diferentes tipos de balidos, pueden expresar diferentes emociones, como la llamada de atención, el pedido de comida o, incluso, la señal de peligro”. Tienen su propio lenguaje ¿No os parece fantástico? A las alimañas, en cambio, no les gusta porque saben que, con esta forma de expresarse entre ellas, no pueden llegar a tener todo el control sobre las ovejas. Esto les enfurece aún más. Se vuelven animales rabiosos y ya sabemos el peligro que eso conlleva.  Por mucho que lo intenten, no se las pueden quitar de la cabeza. Sueñan con ellas (o tienen pesadillas) y, todas las noches, estas criaturas tan simpáticas, acuden a sus pensamientos, saltando vallas, unas detrás de otras.

 

Querid@s “LOB@S”, que sois muy dad@s a disfrazaros de oveja continuamente, igual, algún día, el pastor/a, creyendo que sois una de ellas, os coge y os lleva, directo al matadero. Ya se ha demostrado cuan inteligentes son y de la unión que hay entre ellas. Durante generaciones las habéis considerado el “bocado perfecto”, pero recordad el título del artículo del Dr. Kendrick: “Las ovejas no olvidan una cara”.

 

Y ya os he dicho que tenemos una memoria excepcional.

 

Perdón… que tienen.

Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.99

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.