
Apenas permaneció 24 horas en el centro.
El asesino confeso de Morata de Tajuña, responsable también del homicidio de su compañero de celda hace una semana, fue trasladado el 21 de febrero a una nueva prisión de forma temporal: la cárcel de Valdemoro, en Madrid. Sin embargo, su destino final era la prisión de Teixeiro, en A Coruña, donde ingresó apenas 24 horas después. Durante su estancia en ambas prisiones, ha sido mantenido en régimen de aislamiento, con una vigilancia constante y salidas limitadas al patio.
La cárcel de Madrid III Valdemoro sirvió únicamente como una parada transitoria mientras se determinaba su destino final. El viaje hacia su nueva celda en la ciudad gallega comenzó al mediodía de este jueves, 22 de febrero.
Este tipo de traslados son comunes en casos como el del presunto autor de estos crímenes. Según su propia confesión, está acusado de haber golpeado hasta la muerte a su compañero de celda con una pesa que este habría robado del gimnasio de la prisión unos días antes.
La pesa, de 2,5 kilos de peso, fue encontrada en la celda después del crimen, que ocurrió alrededor de las 02:00 horas de la madrugada. El supuesto asesino había estado compartiendo celda con la víctima, un ciudadano búlgaro de 40 años con numerosos antecedentes penales por delitos como violencia de género, agresión sexual, lesiones y robos.
Aunque el presunto autor alegó problemas de convivencia y una pelea previa como motivos para el homicidio, los funcionarios de prisiones no registraron incidentes entre ambos ese día ni en días anteriores. Tras cometer el crimen, el detenido se duchó y cubrió el cadáver con una manta antes de llamar a las autoridades para informar sobre lo ocurrido.
Desde su ingreso en la cárcel el 24 de enero hasta el nuevo asesinato el 15 de febrero, el autor de los crímenes convivía con la víctima en el módulo 12 de Estremera, destinado a presos conflictivos. El fallecido se encontraba en prisión provisional en Estremera por maltrato a su pareja, después de haber estado en otras cárceles como Torrecica (Albacete) y Ocaña (Toledo), y contaba con informes negativos por su comportamiento en prisión.
El acusado será sometido a un examen médico para evaluar su estado psicológico y descartar cualquier enfermedad mental. Aunque no se detectaron problemas en los exámenes realizados al ingresar en la cárcel, algunos vecinos afirman que consumía hachís y marihuana con regularidad.

















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