
La campana, unida a él por un martillo, volvió a sonar el sábado a las 12.00 horas tras más de 50 años en desuso.
El histórico reloj del antiguo ayuntamiento de Ciempozuelos vuelve a estar en marcha. Decenas de vecinos se congregaron el sábado en la plaza de la Constitución para escuchar por primera vez, tras más de cinco décadas en desuso, el tañido de la campana a las 12.00 horas. “Con este sonido se recupera completamente la esencia histórica de este gran edificio y de nuestra plaza”, declaró la alcaldesa, Raquel Jimeno, que a mediados de enero sirvió de guía a los primeros curiosos que se acercaron a visitar las instalaciones por dentro tras la finalización de las obras.
Restaurar el martillo que permite que la campana repique al ritmo de las manecillas era el único paso que restaba dentro del proyecto de rehabilitación del histórico edificio antes de su inauguración oficial, que el Ayuntamiento ha anunciado que tendrá lugar “en las próximas semanas”. Albergará dependencias municipales en sus dos plantas, buscando una mayor accesibilidad para los vecinos que tengan que hacer trámites administrativos. “La organización, al contar con ascensor, va a girar en torno a eso. En la actualidad hay muchas gestiones para las que sí o sí se tiene que subir una escalera”, explicaba a ZIGZAG la primera edil en las jornadas de puertas abiertas del antiguo ayuntamiento.
Las obras comenzaron en mayo de 2022 con la premisa de ser muy respetuosas con la estructura existente y contando con una inversión municipal de 570.000 euros, a la que posteriormente se sumaron 195.049,31 euros de los fondos europeos. Se ha conservado su emblemática escalera, tratando los peldaños y la barandilla, y se han incorporado a su renovada apariencia dos hallazgos de gran valor patrimonial descubiertos en el transcurso de los trabajos: una antigua bodega subterránea, sobre la que los vecinos podrán pasear al haberse tapado con una superficie transparente, y el muro de aparejo toledano de la fachada original.
![[Img #37459]](https://zigzagdigital.com/upload/images/02_2024/3510_1890-plaza.jpg)
La pintura roja en la zona externa más alta de la torre, que ha dado un toque de color a la plaza de la Constitución, es otro de esos detalles que se han tenido en cuenta a la hora de proceder al lavado de cara de la Casa del Reloj. “Hay muchos vecinos a los que les ha extrañado, porque llevaban décadas viéndolo todo blanco, pero la realidad es que sabíamos por fotos muy antiguas, tomadas en blanco y negro, que la parte de arriba era oscura. Nadie se acordaba de qué color, por lo que el arquitecto apostó al principio por el azul en referencia al río. Luego, en una reunión con Patrimonio de la Comunidad de Madrid, se sugirió que en la plaza encajaba más el rojo”, relató Jimeno, desvelando que esta segunda opción era la correcta. “Se hicieron varias catas arqueológicas. Una de ellas fue en la fachada, justo al lado del reloj, y en una de las capas apareció ese tono”.
Un reloj de 1876
El reloj data de 1876 y fue construido por la fábrica Schwilgué – Ungerer de Estrasburgo. De su colocación en la torre se encargó el relojero madrileño Mariano Hoefler Echevarría, responsable de la instalación del reloj Losada en la Puerta del Sol (1866).
![[Img #37458]](https://zigzagdigital.com/upload/images/02_2024/4017_anuncio-del-reloj.jpg)




















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