
Con una dilatada experiencia en la pequeña y la gran pantalla a pesar de su corta edad, el valdemoreño de 10 años vuelve a las salas de cine este viernes como el hijo de Susana Abaitua en la película 'Valle de sombras'.
Una clásica e inocente escena de celos fue la que colocó por primera vez a Iván Renedo (Valdemoro, 2013) ante las cámaras. Sus padres decidieron apuntar a su hermano Víctor a una agencia de representación de pequeños actores y él tuvo claro desde el principio que no iba a ser menos. Les pidió que lo anotaran también y al poco tiempo protagonizó su primer anuncio: un spot de Nutribén en el que aparece con cara de pillo, simulando no haber sido el culpable de los infantiles dibujos pintados con ceras de colores en la pared.
“Nosotros inscribimos al pequeño porque íbamos con él por la calle y no nos paraban de decir que era el típico niño de anuncio al ser muy rubito y tener los ojos azules. Hizo su primera publicidad para la misma marca que Iván, cuando ni siquiera había cumplido el año”, explica la madre de la familia, Mónica, que dio a luz hace apenas unos meses a la tercera de los Renedo Granado.
Desde esa primera oportunidad, la sonrisa de Iván no ha parado de aparecer en televisión, sobre todo en Navidad. Juguettos, Renfe, o Alsa han sido algunas de las empresas que han confiado en el pequeño de Valdemoro para protagonizar sus anuncios en estas fechas especiales de celebración. Su papel más importante, con el que ha entrado de lleno en las casas de todos los españoles, ha sido el de protagonista del vídeo publicitario preparado este año por El Corte Inglés en el que interpreta a Félix, un niño que descubre una planta mágica del centro comercial en la que puede cumplir sueños como aprender a volar. “Estuvo muy guay porque me pusieron unos arneses y me enseñaron a dar una voltereta en el aire, algo que no había hecho nunca”, recuerda un emocionado Iván, para el que también fue muy divertido emular a sus profesores en el anuncio lanzado en junio por Multiópticas.
A la gran pantalla llegó en 2020 como uno de los actores del elenco de la cinta de terror ‘Malasaña 32’, en la que obtuvo el papel tras un largo proceso de cuatro castings que le llevaron a tener el placer de coincidir con la recientemente fallecida Concha Velasco. “Tenemos varias escenas juntos y fue muy especial porque era su última película. Era muy cariñosa conmigo”, comenta el pequeño artista de tan sólo 10 años, para quien ese rodaje no fue más que el principio de una carrera cinematográfica que apunta alto. En su corta trayectoria, Iván ha compartido plató con Paco León y Miren Ibarguren en ‘Mamá o papá’ (2021), María León y Pedro Casablanc en ‘El universo de Oliver’ (2022), o con Inma Cuesta, Sara Sálamo y Diego Martín en ‘El favor’ (2023).
En el tintero quedan aún la nominada a tres premios Goya, ‘Valle de Sombras’, que se estrenará el 12 de enero, y ‘Matusalén’, comedia musical que tiene un especial valor tanto para él como para su madre, pues en ella aparece junto a su hermano pequeño. “Está previsto que se estrene en marzo. Salimos los dos con un papel cortito como hijos del personaje de Raúl Cimas, que hace de mejor amigo del protagonista”, detalla el menor, añadiendo que esta es la primera experiencia en ficción de Víctor, quien ha ido perdiendo con los años la vergüenza que le daba actuar frente a las cámaras.
La variedad de géneros y los retos a los que se ha tenido que enfrentar para encarnar a los diferentes niños que ha interpretado desde que diese vida al travieso pequeño de Nutribén han propiciado que los rodajes sean para él una segunda escuela, como las clases particulares a las que recurren muchas familias para que sus hijos reciban un refuerzo. Preparándose para el momento de la grabación, Iván ha aprendido que la almohada es su mejor aliada a la hora de memorizar el guion, que existen distintos niveles de miedo a los que enfrentarse en escena y que hay trucos para conseguir llorar. “Lo que me funciona es pensar en algo triste o recordar a las mascotas que he perdido a lo largo de estos años, como mis peces Cielito y Tesorito”, señala con una gran ternura el pequeño actor, que ahora cuida en su hogar de la tortuga Dinamita.
Los castings y los papeles los prepara en casa con su madre. Primero toca descubrir cómo quiere el director que sea el personaje para después darle vida, retener sus líneas y contentar al equipo artístico de la película, serie o anuncio con un talento innato que ha ido madurando rodaje a rodaje. “Me ponen un coach para que me ayude y hay muchos actores con los que trabajo que también me enseñan técnicas que a ellos les sirven”, continúa explicando el artista de Valdemoro, quien por el momento prefiere no acudir a clases de interpretación y reservar sus tardes de entre semana al inglés y a la danza urbana.
Un expediente intachable
Sacar buenas notas en el colegio es una de las máximas a cumplir para poder participar en cualquier proyecto cinematográfico. “Es lo primero que te piden, incluso si los rodajes son en verano. Le dan mucha importancia a los estudios”, apunta la madre del pequeño, que este año cursa 5º de Educación Primaria en el CEIP Nuestra Señora del Rosario de Valdemoro, donde tampoco es capaz de pasar desapercibido.
Iván es delegado de su clase y es uno de esos niños a los que les encanta ir al colegio, lo que posibilita que sus profesores no tengan problema alguno en ponerle facilidades cuando tiene que ausentarse durante varios días por alguna grabación, como la de las escenas de ‘Valle de Sombras’ en la India. Le dan algo de margen para que presente los ejercicios que van mandando y ajustan los días de exámenes a su plan de rodaje, haciendo coincidir varias pruebas. “Es un gran esfuerzo porque muchas veces tiene que ponerse a estudiar o a hacer la tarea viajando en el tren, al terminar la jornada en un hotel o en los descansos entre escena y escena”, expresa su madre. “Todo merece la pena”, añade el menor.
Iván también disfruta compartiendo con sus compañeros los trucos que aprende en su faceta de actor, ayudando a aquellos que se ponen nerviosos a la hora de hacer exposiciones orales con consejos. “A mí me encantan y me atrevo hasta a hacer alguna bromita cuando salgo. Pero hay muchos que lo pasan mal y les digo que miren a un sitio fijo para no distraerse o que lleven un bolígrafo en la mano”, comenta, rememorando que el jueves 21 de diciembre tuvo la fortuna de ganar la lotería de su centro y se fue a casa con una mochila cargada de regalos.
Aunque tiene claro que quiere ser actor de mayor, las sabias palabras de su madre sobre la inestabilidad del mundo de la interpretación han hecho que Iván tenga interiorizada a su corta edad la importancia de contar con un plan B, o “un segundo trabajo”, en sus propias palabras. Por el momento, con mucho tiempo para decidir por delante, pretende esforzarse para llegar a ser programador de videojuegos en un hipotético futuro en que el, sea como profesión o como afición, estarán presentes los focos.
Rodar en La India
Restan tan sólo unos días para que Iván vuelva a las pantallas de las salas de cine de todo el país como uno de los personajes del thriller ‘Valle de sombras’, la nueva película del director de ‘Adú’, Salvador Calvo. En ella, el valdemoreño interpreta a Lucas, un niño que sufre el ataque de unos bandidos cuando se encuentra disfrutando de unas vacaciones junto a su madre (Susana Abaitua) y el novio de esta (Miguel Herrán) en el norte de la India.
La localización y ambientación del largometraje obligó al elenco y al equipo artístico y técnico a trasladarse a Gran Canaria y a la zona fría del país del sur asiático, donde Iván estuvo quince días acompañado por su padre. “Fue una experiencia increíble porque todo era diferente: la gente, las costumbres… El picante de la comida también era distinto y me encantó”, relata el pequeño, que tuvo que pasar dos audiciones para conseguir el papel de “un niño alegre y extrovertido” al que no le costó mucho interpretar por la semejanza con su propia forma de ser.
También fue importante para él la compañía. Iván disfrutó mucho compartiendo escenas con Herrán y Abaitua por el cariño con el que ambos actores le trataron y por sus enseñanzas. “Me lo pasé muy bien con los dos. Susana me entretuvo con muchos juegos y me enseñó el cuento de Caperucita Roja al revés y Miguel sabía un montón de curiosidades sobre rocas, que a mí me gustan mucho. Me he pedido un libro para Navidad sobre minerales y cristales”, continúa comentando entusiasmado el actor infantil, quien inmortalizó todo el viaje con la cámara Polaroid que se llevó dentro de su equipaje para sacar “fotos muy chulas”.
La película por estrenar cuenta con tres nominaciones a los premios Goya: mejor dirección de producción, mejor maquillaje y peluquería y mejores efectos especiales. Ninguno de los actores es candidato a hacerse con la estatuilla del prestigioso pintor, un reconocimiento que Iván no ve como un imposible en su futuro si sigue dedicándose al cine cuando supere la edad mínima —16 años— para poder ser seleccionado por la Academia. “El 23 de enero cumplo 11 años así que no falta tanto para que llegue ese momento”.
El apoyo de la familia
Nada de esto sería posible sin el respaldo de la familia. Todos aportan su pequeño granito de arena para que la estrella de Iván pueda brillar, acompañada en ocasiones por la de su hermano Víctor. Sus dos padres hacen todo lo posible para compaginar sus puestos de oficina con los rodajes de su hijo, hasta el punto de que todos los días de vacaciones de Mónica han sido para acompañarlo a los proyectos que le han ido saliendo desde 2019.
Siempre que pueden son sus dos progenitores los que acuden junto a él, sobre todo si se trata de un viaje largo como la visita a la India. Y en las ocasiones en las que la conciliación se convierte en imposible entran en juego los tíos y las abuelas, dispuestos siempre a echar un cable en lo que sea necesario, quedándose en casa a cuidar de los otros hermanos o acudiendo con él a platós como el que Netflix tiene en el municipio de Tres Cantos.
“Prácticamente su padre y yo no coincidimos en los días libres porque intentamos que pueda estar siempre uno. Tenemos la suerte de que nuestros jefes entienden la situación”, señala la progenitora, para la que ha sido muy importante desde el principio hacer ver a su hijo que esta oportunidad puede tener un fin en cualquier momento. “Siempre le digo que disfrute todo lo que pueda, pero a lo mejor de aquí a tres años le dejan de llamar porque no encaja en los papeles o es él quien decide que ya no le motiva”.
Por el momento, con dos películas pendientes de ver la luz, parece que ni unos quieren dejar de contar con el intérprete valdemoreño ni a él le gustaría desvincularse de un mundo en el que aún tiene pendiente protagonizar el largometraje de sus sueños: una cita de aventuras navideñas con Santa Claus en la selva.
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