La misma cumbre desde distinto lugar
Vivimos una historia de contrastes donde lo ideológico se utiliza para separar y lo concreto y terrenal para unificar.
Cuando una persona pretende, de verdad, ponerse de acuerdo con otra, debe partir de lo que les une y no de lo que les separa. Debe partir de lo que se quiere hacer, y desde ese querer hacer, articular todo el procedimiento metodológico y táctico para hacerlo posible: tiempos, plazos, materiales, encargados en cada una de las fases...
La principal encrucijada con la que nos enfrentamos frecuentemente es querer trabajar juntos partiendo de lo que nos separa, en lugar de lo que nos acerca… Si partimos únicamente de las creencias y supuestos teóricos e ideológicos personales para pretender iniciar el encuentro ante una meta común, el camino será difícil, en ocasiones imposible, porque se ha puesto la mirada en el punto de partida, en lugar de ponerlo en la meta, en el lugar de llegada.
Si pretendemos ayudar, si queremos conseguir algo, un tangible claramente visualizable para las partes encontradas, el camino será más fácil y la meta claramente alcanzable, pues habremos puesto el punto de mira en el objeto de intervención y no en lo ideológico/teórico, que suelo proporcionarnos la identidad personal y en ocasiones la excusa o el parapeto para la separación.
El día 11 de mayo se produjo el terremoto en Lorca (Murcia). Todas las personas, en general, y los representantes políticos, en particular, han coincidido en el hecho de estar y acompañar presencialmente o de modo testimonial a las víctimas del terremoto. Han sido capaces de ver al sujeto de sufrimiento y anticipar manifestaciones concretas de apoyo de todo tipo. Entre otras cosas el apoyo -por ejemplo en Pinto, como en casi la totalidad de los municipios españoles- de los partidos, independientemente de la reflexión teórica que les haya impulsado a estar y manifestar ese apoyo –posiblemente diferente para todos ellos-, se ha concretado por esa capacidad de anticipar sabiamente el hecho tangible, el problema objeto de intervención, en lugar del referente ideológico que es utilizado habitualmente como elemento y justificación para la división.
Si queremos caminar juntos, no necesitamos saber lo que pensamos sino a donde queremos llegar, porque desde ese encuentro de metas es más fácil anticipar la forma y los senderos para avanzar.
Juan Ángel Barajas es licenciado en Pedagogía, master en Fundamentos Psicológicos de la Eduación, master en Gestión de Fundaciones y Entidades no Lucrativas, diploma de especialización Profesional Universitario en Coordinación y Gestión de Programas y Servicios para la Juventud.
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