La Escuela de Música de Valdemoro para pasar de Bad Bunny y amar a Mozart

“La música te ayuda a entender la vida de otra manera. A ser más crítico. A desarrollar más sensibilidad por las cosas. A entender por qué la gente hace lo que hace. A conectar”. Así describen su pasión y su trabajo los jóvenes artistas valdemoreños, Sergio Castrillo y Javier Luque, fundadores de la nueva escuela de música de Valdemoro, ‘Nessun Dorma’, que abrió sus puertas el pasado mes de septiembre. 

Amigos desde su primer détaché sobe las cuerdas del violín, con tan solo tres años, Sergio y Javier han creado Nessun Dorma con el objetivo de dotar a Valdemoro de un centro de enseñanza donde el alumnado aprenda, sobre todo, a amar la música como ellos. “Llevamos 20 años tocando juntos y si hoy nos metemos a una sala a hacer música seguimos pasándonoslo igual de bien”, desvela este tándem de violinistas, ambos con un currículo y una carrera musical extraordinaria pese a su juventud.  

Conocedores de la presión que han sufrido y continúan sufriendo muchos músicos con el actual sistema de enseñanza, Javier y Sergio han creado un espacio amigo. “Conocemos lo duras que son las academias y centros de estudio musical, por eso queríamos montar una escuela donde la gente aprendiera, sabiendo de la importancia de la constancia y el esfuerzo, pero siempre disfrutando”, explica Javier. 

“Nosotros hemos tenido que estar toda la vida trasladándonos a otros municipios para poder acceder a una buena escuela de música, por eso nos parecía importante darle a Valdemoro, nuestra ciudad, el centro en el que nosotros hubiéramos querido aprender”, añade Sergio. 

El mejor equipo

Todo el equipo de Nessun Dorma está formado en pedagogía y tiene el Graduado Superior —el nivel más alto de enseñanza que se puede obtener— en su instrumento. “Consideramos este título algo imprescindible para poder dar una buena educación”, explican los fundadores de Nessun Dorma, que han coincidido durante sus carreras musicales con el resto de profesores que completan la escuela y a los que ha unido “el amor por la música”. 

“Nuestra escuela se enfoca cien por cien en las necesidades de cada alumno”, explica Javier sobre los métodos de enseñanza en Nessun Dorma, donde ofrecen una formación personalizada a través de lecciones individuales y clases colectivas que refuerzan el valor de la amistad o la generosidad y ayudan a desarrollar el oído musical. “No solo nos importa que nuestros alumnos aprendan a tocar un instrumento, para nosotros el desarrollo personal a través de la música es esencial y por eso lo promovemos en cada una de nuestras clases”. 

Para enseñar a los más pequeños, la escuela se basa en el método Suzuki, un sistema desarrollado por el violinista y educador Shinichi Suzuki en los años 40 que integra a profesores, padres y alumnos, incluyendo a los familiares en las clases para crear un vínculo único con sus hijos. El propósito del método es incentivar el amor de los niños por la música, nutrir su talento y desarrollar su concentración, memoria, disciplina, coordinación y autoestima. 

“Cuando un niño viene a instruirse en piano o violín, también está aprendiendo muchísimas otras cosas; enseñarles a cómo tocar un instrumento es también enseñarles a ser mejores personas. Para eso necesitas un profesor que sepa y que esté comprometido con lo que hace”, asegura Sergio. 

Pero la escuela de música Nessun Dorma es un espacio para todas las edades. “Nuestro método personalizado y alejado de la mera práctica del instrumento hace que cada persona encuentre su esencia en la música y comprenda realmente su significado”, explica Sergio. “La música no tiene edad, puedes empezar a tocar un instrumento a los tres años o a los treinta” —apunta Javier—. Los adultos que han empezado con nosotros están muy contentos. Hemos diseñado clases individuales adaptadas y pensadas específicamente para cada uno de ellos. Además de aprender, hemos conseguido que vean la música como un momento donde desconectar y olvidarse de lo demás”.

El despertar de la música en Valdemoro

Traducido del italiano como “Que nadie duerma”, Nessun Dorma, como han decidido nombrar Javier y Sergio a su nueva escuela de música en Valdemoro, es un aria del acto final de la ópera Turandot, del compositor Giacomo Puccini, un himno a la esperanza. Es precisamente este despertar que invoca la ópera, lo que esperan avivar los dos jóvenes maestros en sus alumnos con la música en sus clases.

“Aquí los niños llegan pidiendo tocar algo de Bad Bunny y salen enamorados de Johann Sebastian Bach”, revela Sergio, defendiendo la importancia de proteger todas las artes y cultivarlas. “Aprender a tocar música clásica es aprender técnica. Si tienes buena técnica podrás tocar lo que quieras, te lo aseguro”, afirma. 

En Nessun Dorma, los valdemoreños podrán aprender a tocar el violín, la viola, el chelo, el piano o la guitarra, así como instruirse en lenguaje musical, música de cámara u orquesta. La escuela cuenta con grupos de todas las edades y niveles y aulas espaciosas y preparadas para cada actividad. 

Un buen comienzo

En una profesión muy difícil, Javier y Sergio han encontrado su mayor recompensa en sus alumnos. “Poder enseñar a otra persona lo que tú has estado haciendo desde los tres años o ver cómo un niño aprende a coger el arco del violín por primera vez es lo mejor de este trabajo”. 

Los dos jóvenes emprendedores se muestran “muy contentos e ilusionados con la acogida que hemos tenido por parte de los vecinos de Valdemoro”. “En pocas semanas ya hemos conseguido que padres y alumnos nos digan lo contentos que están con nuestras clases y métodos de enseñanza”.

Las puertas de la Escuela de Música Nessun Dorma siguen abiertas a todos los curiosos y amantes de este bello arte en el número 41 de la calle Neptuno, en horario de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas. Además, en su página web www.nessundormacpm.com puede consultarse más información sobre el centro, así como en los teléfonos 618 426 193 y 653 336 147.