Los trabajadores del gimnasio de San Martín de la Vega acusan a BeOne de incumplir el convenio colectivo

Los 19 trabajadores del gimnasio BeOne de San Martín de la Vega han dicho basta. Tras cuatro años en los que han observado cómo sus condiciones empeoraban paulatinamente, en el mes de septiembre saldrán a las calles y convocarán paros si la empresa gestora no les paga lo que dicen que les debe. “Reclamamos la subida salarial acorde con el incremento del IPC, que está recogida en nuestro convenio colectivo. Para algunos son 500 euros, para otros 300… Es mucho dinero en el bolsillo de mileuristas que tienen familia y, en muchos casos, están pagando la hipoteca o el alquiler de sus casas”, explica a ZIGZAG uno de ellos. 

Grupo Serviocio/Beone cuenta con 35 centros repartidos por toda España, y desde 2009, se encuentra al frente —con una concesión administrativa por 25 años— del centro deportivo de San Martín de la Vega. “Llevamos desde 2018 con continuos cambios de director, con recortes sistemáticos del servicio y de las horas trabajadas, con falta de mantenimiento en las máquinas e instalaciones…”, continúan lamentando unos trabajadores cansados de ver cómo la empresa “va abandonando” el espacio al ver que “no está siendo todo lo rentable que ellos quisieran”.

Hace unas semanas, el representante sindical de los limpiadores, monitores y administrativos del centro decidió acudir al Ayuntamiento para trasladar personalmente al Gobierno local las deficiencias que habían sido detectadas a lo largo de estos años. “Se quedaron bastante sorprendidos. No tenían conocimiento de la situación, solo de que había algunos problemas con el mantenimiento”, comenta uno de los afectados. “Nosotros les dijimos que las quejas no nos llegaban si no nos las transmitían ellos mismos”, coincide el concejal de Personal, Miguel Ángel Martínez, uno de los ediles presentes en la reunión. 

El que las protestas de los usuarios no lleguen se debe, de acuerdo con las declaraciones de los trabajadores, a que “la empresa pide a las empleadas de recepción que les entreguen directamente a ellos las hojas de reclamaciones” de tal forma que estas no acaban llegando a ningún sitio. 

Menos horas y peores condiciones

Los trabajadores del centro municipal gestionado por la empresa BeOne no solo denuncian que su salario no haya subido arrastrado por el incremento del IPC, sino que también lamentan la reducción de personal y horas —al no cubrir las bajas ni las vacaciones de estas últimas semanas, ”donde antes había cuatro turnos de limpieza, ahora hay uno”—, y el haber trabajado desde últimos de mayo sin aire acondicionado. 

El menor número de empleados y la reducción de su jornada ha generado cambios en el estado de las instalaciones. “Al no limpiar la piscina todos los días, como debería hacerse, ha llegado a generarse una zona verde”, explica uno de los trabajadores. “Hay zonas negras de hongos, zonas con barro… A esto súmale que las puertas de seguridad están estropeadas. No quiero pensar lo que pasaría si hubiese un incendio”.

Aunque el Ayuntamiento poco puede hacer por la situación laboral de los afectados —”ellos tienen que valorar con el sindicato si quieren demandar o no”, considera el concejal de Personal—, sí se ha comprometido a redactar un informe de daños e iniciar un expediente sancionador contra la empresa, en el caso de que las instalaciones no estén en las condiciones deseadas y recogidas en el pliego de la concesión. 

Lo que preocupa a los trabajadores es que la empresa trate de maquillar el estado del centro, como consideran que ya ha hecho en otras ocasiones, para la visita del coordinador de Deporte. Ante esto, el delegado sindical que se sentó hace unas semanas con los ediles del Consistorio decidió facilitarles varias fotografías —algunas de las cuales se muestran en esta noticia— que ilustran los desperfectos en las máquinas y espacios del gimnasio. 

“En 2018 tomaron la decisión de dejar de invertir en este centro, al ser los únicos que dan este servicio en San Martín de la Vega. Saben que si los vecinos quieren acudir a otro gimnasio tendrán que coger el coche y conducir hasta Pinto, u otro municipio cercano”, defienden los empleados, que han visto cómo la pandemia solo ha servido para empeorar aún más la situación de unas instalaciones que, de no mejorar en lo que queda de verano, les llevará a parar, dejar de discutir y tomar las calles.