
La constancia y la planificación han sido las claves del éxito para el estudiante del Instituto Pablo Picasso que, a excepción de los cuatro años en los que vivió en la capital cuando era pequeño, ha pasado toda su etapa escolar en Pinto.
Casi rozando la perfección, con 13,839 puntos sobre 14 posibles, Marat Fernández ha conseguido la mejor nota de Pinto en la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU). La de Marat es, además, una de las calificaciones más altas de la antigua Selectividad en los últimos años.
Este excelente resultado permitirá a Marat estudiar Física en la Universidad Complutense de Madrid a partir de septiembre —la nota de corte es de 12,754— e incluso optar por el Doble Grado con Matemáticas, carrera en la que solo pueden entrar los alumnos con un expediente brillante en Bachillerato y que hayan rozado la perfección en la EvAU. “Siempre me han llamado la atención ambas, pero hacerlas juntas me parece demasiado exigente”, apunta Marat, que cree que finalmente se decantará por estudiar únicamente Física.
La constancia y la planificación han sido las claves del éxito para el estudiante del Instituto Pablo Picasso que, a excepción de los cuatro años en los que vivió en la capital cuando era pequeño, ha pasado toda su etapa escolar en Pinto. “La experiencia ha sido muy grata porque los profesores han conseguido que las clases sean amenas y, pese al esfuerzo de estos últimos años, me lo he pasado muy bien con mis compañeros”, comenta el pinteño. Su verdadera prueba, confiesa, ha sido la puntualidad: si algo ha costado a Marat este curso es llegar al instituto a tiempo por las mañanas.
Estudio, música y café
Todas las tardes, después de una merecida siesta, Marat acompañaba sus horas de estudio con música y un café. Las sesiones terminaban a las nueve de la noche, hora en la tocaba cerrar todo y planificar lo que hacer al día siguiente. “Los deberes que nos ponían los profesores han sido una muy buena herramienta para llevarlo todo al día, sobre todo Dibujo Técnico, que era la asignatura más exigente para mí”, declara el joven, que optó por no escogerla como optativa en la EvAU “para evitar sorpresas” pese a haber terminado aprobando con muy buena nota al final del curso.
La música ha estado siempre junto Marat pese a haber tenido que abandonar sus clases de piano al empezar el curso, y todavía más durante este “intenso” año. El pinteño ha conseguido evadirse de los estudios escuchando rock de los años 60 y 70 y música indie actual entre la que echa de menos el idioma español.
Marat también ha tenido tiempo para salir con sus amigos y batirse con ellos en videojuegos. Fue precisamente mientras jugaba con un amigo a la PlayStation cuando se enteró de la nota que había sacado en la EvAU.
“Estábamos hablando mientras esperábamos a que salieran. Justo me fui a lavar los dientes y cuando volví del cuarto de baño estaban publicadas”, recuerda, asegurando que al principio no podía creerse que las calificaciones que estaba leyendo fuesen las suyas. “No salí tan contento de los exámenes como para creer lo que estaba viendo”.
Llegar a Bachillerato sin saber formular
Marat confiesa que, aunque tiene que agradecer a los años de pandemia el modelo de selectividad que le ha tocado —se da la posibilidad de escoger 4 de las 8 preguntas planteadas, frente a la elección entre modelo A y B de las anteriores convocatorias—, el coronavirus ha sido un bache en su etapa académica, especialmente al inicio de Bachillerato.
“En 2020 perdimos la base del tercer trimestre en 4º de ESO, sobre todo en asignaturas como Física o Matemáticas. En Química, llegamos a 1º de Bachillerato sin saber formular”, revela el estudiante. La semipresencialidad en las clases durante todo 2021 también hizo complicado que los profesores pudieran enseñar todo el temario necesario.
Este año, en el que Marat ha podido recuperar por fin la presencialidad al cien por cien, las aguas han vuelto a su cauce. “Tras probar las clases online y la semipresencialidad creo que el modelo clásico es el mejor, aunque se me haya hecho duro tras estos dos años”, sentencia.
El merecido descanso
Pese a llevar todo al día, Marat no se libró de tener que dedicar las semanas previas a la EvAU a cumplir con un exigente calendario en el que estableció los ejercicios que debía hacer cada día para llegar completamente preparado a la prueba. “Las ciencias se me hicieron más amenas de estudiar porque son asignaturas prácticas. Las que más me costaron fueron Historia y Lengua, especialmente esta última”, comenta el pinteño.
Además de la justa recompensa a sus duros meses de esfuerzo, la felicidad de su familia, amigos y profesores por haber sido el pinteño más brillante en la prueba ha sido la mejor guinda que podía poner al pastel. Ahora, Marat solo espera descansar y disfrutar mucho de un verano en el que, de momento, solo tiene planeado un viaje con amigos en julio.
El joven estudiante Marat Fernández, frente a las puertas del que ha sido su instituto durante toda su etapa escolar en secundaria y Bachillerato, el IES Pablo Picasso.
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