Los incidentes de Valencia y los nombramientos a dedo

El titular de esta noticia, 'Som el poble, no l'enemic' (Somos el pueblo, no el enemigo), fue el lema de los miles de estudiantes que ayer se manifestaron por las calles de Valencia contra los recortes educativos y la actuación policial de los pasados días. Pacíficamente los manifestantes reivindicaron la dimisión de la delegada del Gobierno en la Comunidad, Paula Sánchez de León, y del jefe Superior de Policía, Antonio Moreno, y abuchearon a los antidisturbios que custodiaban el acceso a la Delegación de Gobierno, destino final de la marcha.

Al final del recorrido, los portavoces de los estudiantes, Albert Ordóñez y Almudena Morales, leyeron un comunicado subidos a una furgoneta de la organización en el que exigieron la dimisión de la delegada del Gobierno, Sánchez de León, "por permitir la barbarie policial", así como el cese del jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, por las declaraciones en las que llamó "enemigos" a los estudiantes.

"No queremos una sociedad de minilibertades, ni de miniempleos, ningún recorte en educación sino recortes en especulación", dijo Albert Ordóñez, antes de convocar nuevas protestas para este jueves, así como para el próximo sábado 25 de febrero y el miércoles 29 de febrero.

Enchufes versus profesionalidad

Los dos protagonistas principales de esta desagradable historia en la que la policía tuvo una reacción desproporcionada, son dos cargos nombrados a dedo y con antecedentes de incompetencia para tamaña responsabilidad. Y cuando se hacen nombramientos pensando más en desatascar problemas internos de los partidos que en la idoneidad para el cargo del promocionado, al final ocurren estas cosas.

Paula Sánchez de León fue una mediocre  vicepresidenta de la Comunidad Valenciana con Francisco Camps. Cuando Fabra accedió a la presidencia valenciana, los populares, en vez de relevarla sin más, hicieron lo que suelen hacer los partidos políticos: darle una patada hacia arriba y la nombraron delegada del Gobierno en la Comunidad.

Pero pronto se han visto las consecuencias. Ante el primer obstáculo que se ha encontrado en su nuevo cargo, Sánchez de León ha vuelto a mostrar sus carencias. Aunque no pasa nada, el PP no va a rectificar y la mantendrá en el cargo contra viento y marea

El otro genio de este follón, el jefe superior de policía de Valencia, Antonio Moreno, que llamó “enemigos” a los manifestantes, es otro paniaguado, en este caso del PSOE. Moreno fue nombrado a dedo por Alfredo Pérez Rubalcaba el 29 de julio de 2008, cuando éste era Ministro del Interior. 

Hasta el Ministro del Interior reconoció que las declaraciones del jefe de la policía eran “desafortunadas”. Y bien, ¿van a cesarles? Mucho nos tememos que no. Y esta es una diferencia importantísima entre la democracia española y la democracia sin adjetivos. Aquí  unos políticos se tapan a otros y esperan que escampe... hasta que este montaje no resista más y nos estalle a todos en la cara.