Un perro recibiendo la bendición en la ermita de San Antón.Cientos de animales salieron el domingo a las calles del municipio para recibir la bendición en la ermita de San Antón. Tampoco faltaron los panecillos del santo, el sorteo del cerdo y la tirada de naranjas.
Como cada año, Pinto volvió a bendecir a sus animales en la fiesta de San Antón. Perros, gatos, conejos, cobayas, hámsters, tortugas y caballos salieron el domingo a las calles del municipio en una procesión presidida por el santo. El desfile comenzó a las 13:00 horas desde la parroquia de Santo Domingo de Silos y finalizó en la ermita de San Antón, en la que los animales pudieron recibir la bendición.
Pese a ser una tradición que se lleva celebrando varios siglos en el municipio, algunos festejaron el santo por primera vez con sus compañeros de cuatro patas: “Es la primera vez que venimos, por eso le hemos vestido tan bien, porque es una ocasión especial”, comentaban los dueños de Neno, un carlino con cuenta de Instagram propia. Otros, demostraron ser unos veteranos de esta fecha y conocer todos los detalles y rituales de esta fiesta: “Venimos todos los años, desde que era pequeña. Mi padre viene siempre a que le bendigan el caballo”, contaba otra vecina, que acudió con su perro y con su gato.
Panecillos, naranjas y el sorteo
Largas colas acompañaron los alrededores de la ermita de San Antón, en las que los protagonistas de la mañana tuvieron que esperar pacientemente a que les llegase su turno. “Son también miembros de la familia y tienen que estar bendecidos”, expresaba una vecina, acompañada de su conejo y su hámster. “Nos ha dado muchas alegrías, nos aporta mucho a la familia. Es uno más con nosotros y queremos lo mejor para él”, explicaba otra. Y es que, para muchos, este día es una oportunidad para lucir las mejores galas y pedir buenos deseos para sus mascotas, que, como algunos demostraron ayer, acaban siendo mucho más que eso: “Como nosotros no tenemos niños todavía, nos desvivimos por él”, declaraba el dueño de Neno.
No faltaron los panecillos de San Antón, que fueron repartidos entre los asistentes y que, tradicionalmente, hay que reservar hasta el año siguiente para atraer la buena suerte. “Yo lo pongo siempre en el mismo sitio: encima de unas monedas, detrás de la puerta. Y lo dejo ahí hasta el año siguiente”, “Hay que reservarlo para que no te falte el dinero durante todo el año”, “Algunos se los comen, yo siempre lo guardo con un euro debajo”, contaban algunos vecinos con el pan entre las manos, manifestando estar al día con la tradición.
Al finalizar la bendición de los animales, el alcalde de Pinto, Diego Ortiz, fue el encargado de girar la ruleta para sortear el ganador de la “rifa del cerdo”, un sorteo en el que el número premiado recibe el valor en metálico de un cerdo. En esta ocasión, la suerte acompañó al número 4.502.
Para finalizar la jornada, los pequeños —y no tan pequeños— se divirtieron recogiendo las naranjas en la mítica tirada de esta fruta, en la que las naranjas se dejan caer del maletero de una furgoneta en movimiento mientras los niños tratan de coger el máximo número posible. “Hay que cuidar estas tradiciones”, apuntaba una vecina.

















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