No mires arriba, estúpido

La recurrente estupidez de los seres humanos ha alcanzado en estos tiempos peligrosas cotas generalizadas que, de una u otra forma, nos implican a todos y a todas. La película ‘No mires arriba’ (Neflix), una aterradora sátira de oscuro humor negro de la que todo el mundo habla, lo muestra de forma descarnada.
No tengo formación suficiente para hacer una crítica técnica de la película, por ello me centro en el mensaje de que el ser humano parece estar llegando a un callejón sin salida de estupidez. El argumento es que dos científicos descubren un asteroide que amenaza con destruir nuestro planeta pero son ignorados sistemáticamente por los medios de comunicación y los políticos, además de por una sociedad reaccionaria que responde con escepticismo a la ciencia y niega su validez, tomando por locos o comprados a los dos astrónomos que dan la señal de aviso.
Y esto es lo que vemos con los negacionistas, el movimiento antivacunas, los terraplanistas o los que creen que los gases de efecto invernadero reverdecen el planeta. En este callejón sin salida de la estupidez moran personajes como Trump, Bolsonaro, ‘nuestro’ Miguel Bosé y millones de crédulos anónimos que profesan un ritual de disparates de información falsa, negacionismo, histeria colectiva, fanatismo y sucio electoralismo político.
Antes de la pandemia, habría elementos de 'No mires arriba' que no sonarían muy realistas, como por ejemplo que la gente no creyese a dos astrónomos reales sobre la trayectoria de un cometa. Sin embargo, la película ahora suena horriblemente verídica incluso en sus momentos más ridículos, ya sea abordando cómo las redes sociales nos dividen, las decisiones egoístas de quienes están al mando o la codicia de las grandes corporaciones.
El director McKay coloca en el foco un asteroide, pero bien podría ser la crisis del coronavirus o los efectos ya devastadores del cambio climático. 'No mires arriba' podría ser el reflejo de la idiocracia de una sociedad que vive en una degradación intelectual irrefrenable y que no parece tener ningún remedio porque nuestra especie parece abocada a una catástrofe climática de consecuencias irreversibles mientras que la gente de a pie prefiere hacer caso omiso de la ciencia o (des)informarse a través de las redes sociales e Internet en vez de afrontar los problemas con entereza y conciencia. Desde luego, la película podría ser un siniestro retrato de cómo sería realmente el fin del mundo en esta era posmoderna.
En definitiva, ‘No mires arriba’ arrambla contra los líderes populistas en bancarrota moral, los medios de comunicación banales, los hiper-super-ricos tóxicos, las grandes corporaciones explotadoras, las redes sociales que nos aturden y atrofian hasta el punto de que no podemos alejarnos de nuestros teléfonos el tiempo suficiente para reconocerlo...
Por todo ello, es muy probable que, en una sociedad de idiotizados, el mensaje de humor negro de la película esté condenado al fracaso, y en ello, la verdad, no hay nada ni remotamente divertido.
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