
“Lo siento mucho, me he equivocado. No volverá a ocurrir”, ha declarado el director de ente europeo, Josef Aschbacher, que achaca la mayor emisión de metano registrada en el continente a una mala alimentación y una total ausencia de decoro por parte de los vecinos de Pinto.
Teníamos al enemigo en casa y no lo sabíamos. Tras años de denuncias y manifestaciones vecinales para forzar el cierre del vertedero de Pinto, la situación ha dado un sorprendente giro de 180 grados. El anuncio de la Agencia Especial Europea de que los vertederos de Valdemingómez y Pinto habían protagonizado la mayor emisión de metano en la historia del continente parecía que sería el punto y final a la historia de la basura en el sur de Madrid. Sin embargo, nada es lo que parece.
Los 8.800 kilos de metano por hora registrados entre el 20 de agosto y el 13 de octubre de 2021 no proceden de los vertederos, sino de los propios vecinos de Pinto. “Lo siento mucho, me he equivocado. No volverá a ocurrir”, ha declarado esta mañana el director de ente europeo, Josef Aschbacher, en una rueda de prensa urgente en la sede de Praga. Mientras se secaba las lágrimas con billetes de 500 euros sacados de un maletín, Aschbacher ha matizado los resultados de los satélites de GHGSat.
El exceso de metano procede realmente de las continuas ventosidades que expulsan los ciudadanos pinteños. El director de la Agencia Espacial Europea achaca esta emisión de gases sin precedentes al exceso de calor durante el periodo analizado, pero también a una mala alimentación y a una total ausencia de decoro por parte de los vecinos. “Nuestros expertos han visto cosas que no creeríais: heces de perro por las calles, abuelos soltando cuescos indiscriminadamente en los bares y hasta a madres pediéndose en parques infantiles”, ha explicado Josef Aschbacher ante una atemorizada sala de prensa incapaz de asimilar todo lo que se estaba contando.
La reacción de la administración pública no se ha hecho esperar. Inmediatamente después el alcalde de Pinto, Diego Ortiz, megáfono en mano, ha salido al balcón del ayuntamiento a gritar a los cuatro vientos los principales puntos de la nueva Ordenanza Municipal de Ventosidades. “Todos los vecinos tendrán prohibido evacuar gases en la vía pública entre las 16.00 y las 21.00 horas, excepto los mayores de 65 años”, ha resumido el edil. Ortiz, consciente de que las nuevas medidas no gustarán a todos, ha querido recordar que “ahora mismo las mascarillas están ayudando a mitigar el problema, pero en un par de años Pinto podría convertirse en el nuevo Chernobyl”.
Para controlar que los vecinos cumplen la ordenanza, el Consistorio ha comenzado a instalar cámaras térmicas por todo el municipio. En las primeras imágenes facilitadas por el Gobierno puede verse a vecinos que, fingiendo estar ocupados en una tarea o mientras hablan con otras personas, no dudan en soltar sus ventosidades en plena calle. “No pararemos hasta encontraros”, ha advertido el alcalde de Pinto a todos los ciudadanos incívicos.

















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