
Los monitores informaron a la Guardia Civil de los hechos. Los agentes piden ahora que se le tome declaración y poder obtener su ADN.
El nuevo investigado por la muerte de Miriam Vallejo en enero de 2019 confesó su crimen a monitores del Centro de Rehabilitación a Marginados en San Martín de la Vega, Remar, al que acudió a su salida de la cárcel.
Fue en prisión donde Alberto Berzosa conoció al entonces acusado del asesinato, Sergio Sáez. Según confesó a sus monitores, haber visto que alguien estaba en la cárcel por un crimen que él había cometido no le dejaba dormir. Los empleados del centro de San Martín de la Vega pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil el 29 de diciembre del año pasado.
Desde entonces, los agentes han tomado declaración a los monitores y han comprobado que sí coincidió en la cárcel con Sergio y que el teléfono que habitualmente usaba está posicionado bajo antenas compatibles con el lugar el asesinato en horas próximas al crimen. La Guardia Civil pide ahora tomarle declaración y obtener su ADN.
89 puñaladas
Los hechos se remontan al 16 de enero de 2019, cuando Miriam Vallejo recibió 89 puñaladas mientras paseaba a su perro en la localidad madrileña de Meco.
La joven de 25 años compartía piso con una amiga y la entonces pareja de esta, Sergio Saéz. Los investigadores detuvieron a Sergio como presunto autor de los hechos tras precisar que no tenía coartada en el momento del crimen y que su ADN estaba en la camiseta de la víctima.
La jueza determinó meses después que el ADN pudo llegar a la ropa de Miriam porque todos hacían juntos la colada, dejándolo en libertad con cargos tras los cuatros meses pasados en prisión.


















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