Marca Valdemoro
Nuestros espías paraguayos no desmienten ni confirman la creación de una nueva marca para nuestra ciudad que sintetice la situación que atravesamos: “Valdemoro sin”. Valdemoro sin transporte público, sin árboles en los alcorques, sin sanitarios en los centros de salud, sin auxiliares en las escuelas infantiles, sin limpieza en los colegios, sin seguridad vial, sin policía, sin iluminación en las calles, sin boletín informativo…
Durante la huelga de maquinistas de Cercanías, los atascos y retenciones en la A-4 suponían que un trayecto de Valdemoro a Madrid -que en condiciones normales se transita en unos 30 o 40 minutos- se tardara más de una hora en recorrer… Aproximadamente lo mismo que siguen tardando los estudiantes del barrio del hospital en llegar al Instituto Neil Armstrong pese a las promesas de reforzar la línea 7 del autobús urbano. Esta circunstancia provoca que muchos de ellos desistan de utilizar el transporte público y vayan con sus padres en coche, provocando atascos y aumentando la contaminación en nuestra ya castigada ciudad.
Las escuelas infantiles siguen sin el apoyo de las cuidadoras auxiliares. Una medida que se tomó como precaución ante la COVID-19 pero que parece haberse vuelto definitiva pese a las recomendaciones del Defensor del Pueblo, las mociones aprobadas en el pleno y las protestas de las familias.
Pensábamos que la pandemia nos iba a hacer mejores, pero a la postre se ha demostrado que las administraciones la han aprovechado para hacer recortes en los servicios públicos. Nos decían que el personal sanitario tenía que dedicar sus esfuerzos a vencer el virus, pero ahora que han bajado los contagios y las hospitalizaciones, los centros de salud y las urgencias de atención primaria siguen sin prestar la atención que necesitan los vecinos de Valdemoro.
El género epistolar parece ser la única medida que conoce un alcalde que ha olvidado que en las últimas elecciones apenas alcanzó el 24% de los votos y que es incapaz de gobernar sin alcanzar acuerdos incluso con aquellos que le apoyaron en la sesión de investidura. Y aunque escriba más cartas que San Pablo a los corintios, los problemas se acumulan en la mesa del primer edil.
Si viviéramos en una ciudad tercermundista a nadie le extrañaría que la tasa de criminalidad se disparara ante la ausencia de policía por las noches; a nadie le sorprendería que una Casa de la Juventud permanezca cerrada durante los fines de semana, que se programen actividades en el Centro de Mayores en un horario en el que éste permanece cerrado, que la basura se acumulase en las calles o que estas permanezcan a oscuras por la noche… Y aunque Faemino y Cansado dirían que somos “el orgullo del tercer mundo”, lo cierto es que, por los impuestos que pagamos los vecinos y vecinas de nuestra ciudad parece que vivimos en Las Rozas.
Eso sí, en Las Rozas no tienen crematorio. Con 15.000 habitantes más que en Valdemoro, en Las Rozas no hay una instalación molesta, insalubre y peligrosa como la que nos quieren imponer en una zona escolar y de ocio. Repetimos: En Las Rozas no hay crematorio.
A modo de epílogo: El Tribunal Constitucional ha declarado ilegal la referencia catastral para el cálculo del “impuesto sobre la plusvalía” ¿Tardarán mucho en darse por enterado los señores del Ayuntamiento?
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