
Rubén González regreso a la competición, tras dos años de parón por una lesión de rodilla, con un quinto puesto en el campeonato nacional celebrado en Guipúzcoa.
Rubén González empezó a practicar karate a los cuatro años en Pinto, de la mano de Javier Hernández, actual coordinador de las instalaciones deportivas del colegio Mirasur. Él fue el primero que le apuntó a campeonatos de kumite, la modalidad de combate en este deporte. “Al principio iba tan perdido que me descalificaron. Año y pico después volví más preparado y conseguí quedar tercero de Madrid”, explica el deportista, que en 2008 empezó a formar parte de la selección regional y dejó de lado la modalidad de kata por su cuerpo. “Peso más de 90 kilogramos y tengo mucho más potencial en combate”.
Rubén se encuentra ahora volviendo a competir tras dos años marcados por una dura lesión de rodilla. Esto no es algo nuevo para él, que ya sufrió un contratiempo similar en 2012, cuando se rompió el ligamento lateral izquierdo en un campeonato nacional. “Fue un jarro de agua fría. Estaba muy desmotivado psicológicamente y mis padres decidieron que empezase a entrenar con Iván Leal”, aclara.
Iván, campeón del mundo en kumite y actual seleccionador español, sigue siendo su entrenador a día de hoy. “Hay un ambiente familiar muy bueno y todos remamos a favor; aunque no te toque competir a ti esa semana, entrenas al máximo para motivar a tu compañero”, comenta Rubén.
Regreso a la competición rozando el bronce
El karateka pinteño volvió al tatami en Guipúzcoa, el pasado 16 de octubre, donde consiguió un quinto puesto. Se enfrentó a Marcos Martínez —segundo en el ránking y uno de los dos jóvenes de la categoría que forman parte del equipo nacional—, que llegó a la final. “Esto te habilita a la repesca, donde fui pasando rondas y se me escapó el bronce en el último combate”, explica algo decepcionado. “Lo tuve ahí, pero me enorgullece haber quedado quinto en un campeonato de tanteo, en el que quería comprobar si mi rodilla aguantaba”.
En ese momento, Rubén se colocó noveno en la clasificación de más de 84 kilogramos de la Real Federación Española de Karate. En diciembre, los ocho primeros de España se enfrentan en Ávila y, aunque se ha quedado en el corte, no sabe si al final le acabarán llamando porque alguno termine renunciando a la fecha. De no ser así, en mente tiene el campeonato de Madrid, que será ya en febrero de 2022. “Es una cita muy importante, porque de lo que en ella hagas depende que te llamen o no para ir a la selección”, señala.
Vacaciones dedicadas al karate
Rubén es ingeniero informático. Desde la pandemia trabaja en casa, y a las seis de la tarde conduce hasta Arganda del Rey para entrenar junto a Iván. “Este es un deporte que a mí no me ha dado dinero, sino que me ha hecho perderlo”, comenta el pinteño, quien ha dedicado sus vacaciones laborales de los últimos años a viajar a competiciones deportivas en París, Salzburgo, Turquía, o Marruecos.
“A nivel deportivo siempre tendré la espinita de no haber conseguido algo en un campeonato nacional”, afirma el deportista, quien pese a tener varias medallas en campeonatos de Madrid, nunca ha logrado subirse al podio en una competición absoluta.
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