Gracias Pinto

En estos días hemos vuelto a tener, una vez más, la oportunidad de comprobar la solidaridad de los pinteños. Y es que Pinto, una vez más, lo ha vuelto a hacer.

Pocos días después de que el volcán de La Palma entrase en erupción, una vecina de Pinto, Ithaisa, con 24 añitos, o añazos, lanzaba una petición de ayuda en redes sociales para intentar paliar las necesidades más urgentes de los vecinos de la isla Canaria.

Sola, sin medios, consciente tan solo de la enorme necesidad que los isleños de La Palma ivan a vivir se lanzó a pedir ayuda.

No es fácil pero tampoco es imposible, a las pruebas me remito. 500 cajas cargadas de solidaridad en forma de alimentos, productos de higiene, productos infantiles, juguetes, ropa de cama y toallas…recogidos en tan solo 2 días con la colaboración, en principio, de un comercio local pinteño dedicado a la hostelería. Sí sí, a la hostelería.

Y es que nada es imposible cuando se combina la empatía con la solidaridad, cuando una persona se lanza a una misión casi imposible sin valorar la repercusión que este acto puede tener y la respuesta que unos vecinos comprometidos pueden dar a esa petición encontrándose con gente inmensamente solidaria. Como los vecinos y vecinas de Pinto, que siempre responden cuando se necesita.

Ayer fue Ithaisa. Antes fue Montse, Mar, Pilar, Esther, Justo, Sandra, Crix, Noe, Sensi, Antonio, Alexandra, Valentina, Victor, Eva, Juani, Sara, Laura…decenas y decenas de voluntarios que no dudan en arremangarse y salir a la calle o ponerse detrás de una mesa a las puertas de un supermercado para explicarle a los vecinos las necesidades que tienen algunas personas que atraviesan por un momento complicado y que necesitan de nuestra ayuda.

Y es que hoy la necesidad inminente fue provocada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja pero ayer fue la necesidad de dotar de productos al Banco de Alimentos de Pinto o de Madrid, o las campañas de la Asociación Española Contra el Cáncer, Cruz Roja, Cáritas o aquella impresionante campaña solidaria que permitió enviar toneladas de ayuda pinteña a los campos de refugiados griegos que acogen a decenas de miles de ciudadanos sirios, afganos, etc.

Pero no solo es de aplaudir la respuesta de los pinteños ante estas situaciones o la labor de esa gente que lo deja todo para dedicarse a los demás o las iniciativas solidarias de algunas personas, colectivos, empresas y comercios.

Es de aplaudir la concienciación que vamos tomando para responder a las necesidades como corresponde. Comprobamos cómo, cada vez más, la gente pregunta cuáles son las necesidades. Atrás queda la donación casi automática de ese paquete de arroz, ese paquete de pasta o legumbres y se sustituye por productos de limpieza e higiene personal, pasta de dientes, compresas, pañales, alimentos especiales…y es que el trabajo de las voluntarias -sí, digo voluntarias porque la inmensa mayoría son mujeres, por no decir todas- es crucial a la hora de informar.

El voluntariado en general, y nuestro voluntariado pinteño en particular, está consiguiendo cambiar las cosas. Está consiguiendo devolver la confianza a los vecinos que dejan de preguntar: “Y esto, ¿a dónde va?”. Está consiguiendo despertar ese gusanillo que hace que cada vez más gente se sume a esta locura que es el voluntariado. Porque un poco de locura sí que hay, ¿quién si no se pone en plena calle con 38 grados a pedir productos de primera necesidad para alguien a quien ni si quiera conoces?

Atrás quedan también esos amargos momentos donde alguien te decía “vaya, es que pedís mucho y ya pedís a la carta”. Atrás queda ese mal rato que se pasa cuando te dicen “yo para esos ni agua”, y tienes que devolver una sonrisa.

Hoy nos quedamos con toda esa gente que siempre que llamas a su puerta te dice que tiene un ratito para ayudar, que antepone el gesto solidario de pedir ayuda antes que estar con su familia o amigos un fin de semana o esos cada vez más comercios o empresas locales que se ofrecen como puntos de recogida o realizan donaciones en momentos donde casi necesitan más recibir ellos la ayuda que prestarla. Pero ahí están. Y es que así es Pinto.

Gente de diferentes ideologías, religión o  condición social a la  que tan solo le mueve la EMPATÍA.

Sería injusto no reconocer la labor que desde hace años se viene realizando por parte de nuestro Ayuntamiento de Pinto que se ha volcado en potenciar ese voluntariado, en facilitar en muchas ocasiones esas campañas solidarias, que ha organizado actos informativos o ha prestado apoyo logístico. Siempre dentro de las posibilidades que se han tenido en ese momento.

Y es que esto no es cosa de unos u otros, es cosa de todos. Es cuestión de ver hasta donde cada uno puede llegar y ofrecer su ayuda para con los demás pensando aquello de: hoy por mí, mañana por ti.

Felicidades y todo mi reconocimiento a las personas que lo hacéis posible. Seguimos.

Una vez más, GRACIAS PINTO.