Enhumorada
Si escribo "enhumorada" en Google me sale esto: “Quizá quisiste decir Enamorada”. ¡¡Que no, listillo!! Que sé perfectamente lo que quise decir. No solo le pasa a Google, le pasa a mucha gente la primera vez que lo escuchan. ¡Que no es Amor, que es Humor! Bueno, en mi caso ambos van de la mano.
Cuando alguien escribe, y tiene la suerte de que se lo publiquen, ya sea escritora, periodista, analista o persona que quiera dar su opinión, está expuesta a todo tipo de críticas tanto las constructivas como las destructivas. El riesgo está ahí. Y si, encima, utilizas el humor como hilo conductor del escrito, pues el riesgo es mayor. Y yo, a menudo, asumo ese riesgo. Sí, lo utilizo pero sin intención, es obvio, de dañar a nadie, ni molestar, ni que se sientan mal identificados. Cuando se echa mano del humor, hay que ir con mucho tacto pero sin perder la perspectiva de la crítica que queremos realizar.
Hace dos años, Editorial Alfasur me publicó mi tercer libro en solitario, cuyo título ya lo dice todo: ENHUMORADA.
Es gracioso porque si escribo el nombre en Google me sale esto: “Quizá quisiste decir Enamorada”. ¡¡Que no, listillo!! Que sé perfectamente lo que quise decir. No solo le pasa a Google, le pasa a mucha gente la primera vez que lo escuchan. ¡Que no es Amor, que es Humor! Bueno, en mi caso ambos van de la mano.
En las pocas presentaciones, tertulias y mesas redondas que se han podido realizar sobre el libro, debido a la pandemia, al confinamiento y demás, siempre sale la pregunta del millón:
¿Qué significa ENHUMORADA?
Y es entonces cuando comienza mi verborrea. Intento poner en antecedentes, de forma fluida (me suelo extender lo que no está escrito), a la gente que está presente: que si es un libro de aforismos, frases, reflexiones, “lanzamiento de cuchillos”, que si el libro está dividido en cinco apartados y uno de ellos se llama Enhumorada, que cuando terminé de escribirlo me di cuenta de que el libro bien podría llevar ese título porque, en sí, es un estado emocional, etc, etc.
Así que, me puse manos a la obra y, en unos momentos de reflexión más seria, de comunicación interior conmigo misma (¡La de veces que me suelo perder por todo mi interior! Tengo un lío montado allí dentro)… sigo hilo, definí el término de una forma muy “gloriana”. Luego, luego os lo escribo.
Desde tiempos inmemorables se ha escrito sobre el amor. ¡Ay qué engañadas nos tenían! Podría escribir sobre el tema de las películas que acababan con el esperado beso final y un The End. ¿The End de qué? Sí, sí, claro, The End del romanticismo, porque luego viene la otra parte, la que no se ve, la que no te cuentan. Vale, vale, que no quiero generalizar pero te hacían ver que, después de ese beso tan rocambolesco, todo iba a ir como una balsa. Me río yo de las olas de trece metros que hemos tenido que surfear y que no nos mostraban en las películas.
¿Y qué me decís de los cuentos de hadas y princesas? Hemos crecido pensando que nos llegaría un príncipe azul (no entiendo por qué decían que era azul si luego no era azul…otra mentira; azules eran los pitufos), que nos sacarían de pobres (esos príncipes bien podrían haber sido los antecesores de los políticos… ¡que nos sacarían de pobres! ¡Qué ingenuas!) Y, que con un beso, nos tendrían en el bote. Mirad, soy yo la Bella Durmiente, que estoy tan a gusto durmiendo mis horas, mis días, y viene alguien a despertarme… y no tiene bosque para correr.
¡Mentira, todo mentira! La cantidad de ranas que habré besado, con esa piel húmeda, cubierta de glándulas mucosas. Como alguien me diga, que quién no ha hecho en su vida una tontería por amor, ya puede unirse a los que siguen corriendo por el bosque. Y después de todo ese sacrificio ¿qué? Pues, lo lógico y normal. Que no salieron príncipes, ¡¡Que me salieron ranas!!
Con el paso de los años caí en la cuenta de que yo no podía ser como las princesas; y lo supe de la forma más tonta:
- Imposible ser La Cenicienta… ¡¡Calzo un 41 de pie!! ¿Dónde me metería ese ridículo zapatito de cristal?
- ¿Blancanieves?, tampoco. Bastante aceptable me sale una tortilla de patatas para dos, como para estar cocinando para siete. ¡Eh! Y para bruja, yo. Tampoco hubiera caído en la tentación de comer una manzana. ¡Qué tristeza de fruta! Ahora, si me hubieran tentado con un txuletón, el cuento hubiera cambiado.
- ¿Jasmine? ¿Volando? Con el miedo que me da volar. Y nada menos que en una alfombra, sin protección ni medidas de seguridad. Y seguro que Aladdín no le echaría gel hidroalcohólico para desinfectarla. Un negacionista Aladdín. Nada, nada.
- ¿La Bella, La sirenita, Barbie? ¿Tallas 34, 36? Vaya imagen nos han vendido siempre de escualidez. ¡¡Ni me entrarían los vestidos, ni los zapatos!! ¿Entendéis por qué siempre me he identificado más con el Hada Madrina de La Cenicienta?
No hay que darle más vueltas. Yo soy ¡ENHUMORADA! Y me complace comprobar que hay mucha más gente así. Lo sé porque me lo han dicho, no porque haya mimetizado con el Hada Madrina.
Os invito a que reflexionéis u os riáis con el libro, siempre y cuando os apetezca. Y para muestra, unas simpáticas frasecillas extraídas del mismo:
- “Me quiso con toda su alma. Es por eso que no lo vi”
- “Hace años que mi cordura se fue a por tabaco y aún no ha vuelto”
- “Tus palabras son mi alimento. Mañana sin falta, cambio de dieta”
- “Dicen que la belleza está en el interior. Eres feo y punto”.
Y termino con la gran definición (aquí vendrían unas risas) del título de libro, que puede ser extensible a cualquier persona sin distinción de sexo.
ENHUMORADA: Dícese del estado de una mujer que acomete, con gran humor, los designios nefastos de amor.
El libro está publicado por la Editorial Alfasur. ¡¡Es buenísimo!! Jajajajaja (aquí sí que me vais a permitir escribir las onomatopeyas porque me he contenido mucho)
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.183