
Valdemoro recuerda a Paqui de la Peña, viuda de Juan Prado, fallecida la semana pasada a los 90 años.
Este martes, 21 de septiembre, tendrá lugar la misa funeral de Paqui de la Peña (Toledo, 29 de enero de 1931 - Valdemoro, 8 de agosto 2021), mujer y musa de uno de los artistas más importantes de la historia reciente de Valdemoro, el pintor Juan Prado (Madrid, 13 de agosto de 1936 - Valdemoro, 10 de septiembre 2003). La misa tendrá lugar en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Valdemoro, a las 20.15 horas.
Paqui no nació en Valdemoro, la guerra la arrastró a ella y a su familia hasta aquí. Destino militar de su padre, las calles valdemoreñas pudieron conocer el desparpajo y la fantástica imaginación de Paqui. Fue en su casa de la plaza de Valdemoro donde se enamoró de su vecino, Juan Prado.
Entre Madrid, Vizcaya, Ginebra y Valdemoro
Cuando Paqui y Juan se casaron, se fueron a vivir a Madrid, donde nacieron sus dos hijas. El ajetreo madrileño hizo que Juan empezara a echar de menos Valdemoro, empujándodole a dejar la ciudad y volvier al pueblo que les vio crecer. De nuevo aquí, el artista abrió su estudio en 1965 y convirtió la pintura en su carrera.
Las maletas se convirtieron en una compañía habitual para la pareja valdemoreña, que empezó a recorrer España y Europa en función del trabajo y de las exposiciones de Juan. Pasaban algunas largas temporadas en Vizcaya con la familia de Juan, pero España pronto se les empezó a quedar pequeña y los museos de Europa se convirtieron en sus parajes favoritos de camino a las ciudades en las que exponía Juan.
Paqui, el soporte de Juan Prado
“Mi madre era una mujer muy creativa, nunca había estudiado, pero tenía mucho gusto para la decoración y para la ropa: ella veía en el campo unas piedras, se las llevaba a casa, las juntaba y creaba cosas. Era incluso más creativa que mi padre, pero él tenía oficio”, recuerda su hija Mercedes Prado. Cualquier rincón servía de inspiración para Paqui, y muchas tardes se las pasaba cosiendo, dibujando, haciendo manualidades o dedicándose a su familia.
Mercedes la recuerda como una artista y una mujer muy vital y detallista. ¿Estaba Paqui a la sombra de Juan Prado? Su hija considera que “la sombra era su cobijo”. Paqui era la compañera de vida del artista y también su soporte. “Mi madre era la que hacía las maletas, la comida, la casa… Para que mi padre se dedicara a la pintura”, relata su hija. De puertas para adentro, Paqui también era una artista y confeccionaba vestidos, ornamentos para decorar la casa e innovaba sus platos modernizando sus dotes culinarias: “Como habían viajado mucho, mi madre aprendía platos de cada sitio y luego mezclaba las recetas y creaba platos nuevos. Se dedicaba a recortar las recetas y las guardaba todas en una carpeta”, cuenta Mercedes.
Fallecimiento de Juan Prado
El 10 de septiembre de 2003, falleció Juan Prado. “Cuando fallece mi padre, mi madre se quedó muy triste. Fue como si la hubiesen dado la vuelta, ya no era como antes”, recuerda Mercedes. Paqui, dedicada a su familia y a la carrera de su marido, echaba de menos esa sombra y parte de su espíritu creativo y jovial también se marchó con el artista.
Valdemoro, musa de Juan Prado
Juan quería convertirse en médico, pero a las puertas de la universidad, le contrataron en unos cines de Madrid pintando la cartelera. A Juan le apasionó el trabajo en esos talleres y los pinceles le hicieron olvidarse del bisturí. Ingresó en la Academia de San Fernando y, mientras aprendía el oficio, también trabajaba en empresas de publicidad para conseguir ingresos.
Cuando volvió a Valdemoro, se entregó a la pintura y abrazó el naturalismo para representar bodegones, paisajes y rincones del municipio. Poco a poco, su obra fue madurando y adquiriendo matices nuevos. En sus exposiciones por Europa, Juan siempre iba acompañado de algunos paisajes valdemoreños en sus lienzos. “Siempre llevaba algo del pueblo”, dice Mercedes.
Más allá de su carrera artística, su hija considera que fue su personalidad lo que le ascendió a emblema del municipio. “Juan era muy social y muy gracioso. Además, era muy performático, todo un personaje. Su mundo creativo era muy potente y siempre estaba liando alguna: un día llegaba disfrazado, otro hacía juegos…”, recuerda su hija entre risas.
Y su compañera Paqui siempre estaba ahí para ayudarle a brillar, pero con los pies en el suelo. “Él era muy idealista y ella muy realista”, dice Mercedes.
Paqui falleció el pasado mes de agosto, a la edad de 90 años, en Valdemoro. Los vecinos de la hoy ciudada podrán homenajearla por última vez en la misa que tendrá lugar hoy a las 20.15 horas en la Parroquia Nuestra Asunción.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.138