Matando a Pinto

A raíz de las manifestaciones de protesta en muchas ciudades y pueblos de Cuba y el silencio absoluto por parte del tripartito de Pinto, el autor reflexiona sobre la doble moral de este (y otros) gobiernos.
Emitían por televisión la final de la Eurocopa cuando empezamos a tener conocimiento de un hecho histórico. En nuestra patria, matria, nación en todo caso hermana, de Cuba tenían lugar las mayores protestas en 60 años de dictadura. Estas manifestaciones provocaban el efecto inmediato propio de cualquier régimen tiránico: policía, ejército a la calle y a detener y a repartir estopa. Fue entonces cuando pensé que no estaría mal que el Ayuntamiento de Pinto, tan solidario y efusivo en lo que a reivindicación de derechos humanos se refiere, podría asumir el discreto pero significativo gesto de izar la bandera de Cuba en lo que el gobierno de Ganemos Pinto llamó "rotonda de la fraternidad". Se hace con el Sahara Occidental, y muy bien, ¿por qué no? No era mal mensaje ese del apoyo a la democracia, la libertad y quienes por estas causas se manifestaban desde el mismo centro geográfico de la Península Ibérica.
Lo cierto es que cientos de pinteños se manifestaron en poco tiempo a favor en redes sociales, a la vez que decenas de cubanos residentes en Pinto se ponían en contacto conmigo aportando información difícil encontrar en los medios. Reclamaban, al fin y al cabo, un mensaje de aliento por parte de su consistorio. Pues bien, ni en el más hermoso de sus sueños. Han dado igual las peticiones en redes y, por supuesto donde corresponde, en el registro municipal. Muchos decían, "bueno, bandera no, pero al menos que se pongan unos filtros de colores en la iluminación del ayuntamiento como han hecho en Madrid o un simple comunicado". Tampoco. La respuesta ha sido un esperpéntico, cobarde e inmoral silencio que sólo beneficia a los intereses de una dictadura autoproclamada revolucionaria que ha puesto luz -aquí sí- sobre la doblez moral y política de nuestros representantes locales.
Pero, ¡ay amigos! Llegó el 18 de julio, aniversario del golpe militar que dio lugar a nuestra guerra civil y posterior dictadura. Fue entonces cuando los concejales de Ganemos Pinto, con su flamante ex-alcalde y actual teniente de alcalde Rafael Sánchez a la cabeza, sacaron la pluma y el tintero. Consignas hiperbólicas, denuncias de genocidio y críticas -y cito textualmente- "a la felonía del mundo occidental" por no haber devuelto la soberanía a los obreros de España. Traduzco: nos gobiernan fanáticos que sólo consideran dictadura al sistema que les reprime o reprimió a ellos -y que por supuesto yo condeno sin matiz de ningún tipo-, pero callan e incluso simpatizan con las dictaduras que encarcelan y oprimen a los demás. En este mismo medio el propio Rafael Sánchez definió a Fidel Castro como "revolucionario", por lo que tampoco nos vamos a sorprender demasiado, más allá de lamentar que el respeto a la democracia, la libertad y los derechos humanos importen tan poco a quien de verdad manda -o por lo menos así lo parece- en nuestro estancado ayuntamiento.
Costaba muy poco. Como muy poco costaría plantar árboles, césped, recuperar zonas verdes y limpiar de una puñetera vez en condiciones las calles de Pinto. Pero no les da la gana. Así de claro. Seguiremos leyendo tonterías, alabarán que se revienten los mítines de VOX -partido con el que no simpatizo- en Vallecas y seguirá languideciendo la ciudad. Del alcalde y partidos de la oposición es absurdo decir nada. Viven encerrados en despachos con abundantes sueldos y escasez de ideas y unos nos venden que todo va de maravilla, que incluso los malos olores son algo lógico y natural dependiendo de la dirección del aire mientras que los otros aplauden a Rabaneda en su quinto destino en 6 años -tela- en la Comunidad de Madrid. Seguirán trabajando por los vecinos de Pinto, dicen todos. Ojalá hagan algo inédito hasta el momento: mejoren la ciudad, consigan resultados y, aunque parezcan problemas lejanos, no defiendan los derechos humanos sólo cuando quien golpea con la porra es del bando contrario. Todas las porras matan. Y ustedes están matando a Pinto.

















Ángel | Viernes, 30 de Julio de 2021 a las 12:43:49 horas
Bien por la reflexión general por su aportación al bien común. Considero que estaría bien (sería mejor para todos/as) dejar al margen los temas más personales que afectan a aspectos relacionados con el lugar donde unas personas u otras trabajan o se mueven... Todas las personas podemos ser sujetos de críticas, si nos movemos por esos derroteros y alguien nos pone la lupa por algún aspecto que a cualquiera le pueda venir en gana.
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