Detenidos dos guardias civiles por intentar introducir 200 kilos de cocaína en Pinto

Dos agentes de la Guardia Civil, que prestaban servicio en el puerto de Algeciras, han sido arrestados en el marco de una operación policial contra el narcotráfico, que se culminó tras encontrar 200 kilos de cocaína en un camión que transportaba mercancía legal a una nave de Pinto. 

Los agentes han sido enviados a prisión tras saberse que cobraban 12.000 euros solo por acceder a concertar una cita con la organización criminal y sentarse a escuchar. Durante la investigación, se acreditaron entregas de dinero a los guardias, quienes también cobraban por facilitar a los narcos el cuadrante con sus turnos semanales y los de sus compañeros. 

La organización criminal tenía dos oportunidades para pasar la mercancía ilícita. Si no lo conseguían, debían pagar igualmente 50.000 euros a los agentes por su colaboración. 

Larga trayectoría colaborando con narcotraficantes

De los dos agentes, se cree que uno era el que hacía las veces de líder y ya llevaba tiempo tratando de convencer a otros guardias para colaborar con las organizaciones de narcotráfico contra las que luchaban. Lo que hizo sospechar a Asuntos Internos de la Guardia Civil fue su lujosa vivienda. Se cree que hay un tercer agente implicado, para cuya detención no fue posible reunir las pruebas necesarias. 

Aunque los agentes fueron detenidos al colaborar con dos hermanos marroquíes, los traficantes Said y Moustafá Al Moudi Guaitoune, fuentes cercanas al caso han informado de que ya habían trabajado con otras bandas de narcotráfico antes. 

600 kilos de cocaína y 14 detenidos

Said y Moustafá vivían en Madrid, donde fueron arrestados por mover toneladas ingentes de cocaína, hachís y marihuana. Esta última la obtuvieron gracias a la mediación de un ciudadano de etnia gitana del barrio de Vallecas. Para introducir el hachís utilizaban la “ruta gallega” y camiones con mercancías legales desde el puerto de Algeciras, donde tenían comprados a los guardias civiles detenidos. 

La cocaína también la introducían por este puerto, aunque en la operación policial en la que fueron descubiertos, el contenedor con un mayor número de kilos entró por el puerto de Valencia.

La droga venía en unas bolsas de deporte, que habían introducido en la mitad del contenedor. Los encargados de sacarla en su llegada a puerto se negaron y los hermanos tuvieron que enviar a gente desde Madrid. El contenedor estaba demasiado alto y era imposible acceder a él, por lo que decidieron que su mejor opción era asaltar al camionero que trasladaría el contenedor desde Valencia hasta una nave de Pinto, destino final de la mercancía legal. 

Los GEO de la Policía Nacional iban dentro del camión, al conocer el plan. Los narcotraficantes decidieron finalmente no asaltar el camión ante la falta de información y el peligro que esta operación suponía. De todas maneras, esto no evitó que la policía detuviese a 12 personas, a las que luego se sumarían los dos guardias civiles.

Solo en el contenedor había 200 kilos de cocaína. La Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional encontró más de 100 kilos en un piso de la Avenida Manoteras, seis bolsas de marihuana en un garaje y 57 "ladrillos" de 300 gramos de coca con la marca TITANS como sello.