
Esta será la primera vez que Alejandro no pueda ejercer su derecho a voto debido al repentino anuncio de estas elecciones regionales y el laberinto burocrático al que tienen que enfrentarse los españoles que viven fuera del pais.
Alejandro Rodríguez Romero es un vecino de Valdemoro que, por motivos laborales, está viviendo en Londres desde hace ocho años. Este valdemoreño ha intentado “por todos los medios” participar en las elecciones a la presidencia de la Comunidad de Madrid que tendrán lugar el próximo 4 de mayo. “Desgraciadamente, entre la covid-19 y lo repentino de la convocatoria, no he sido capaz de solicitar el voto por correo en el consulado de Londres”, lamenta.
Para poder votar por correo desde el extranjero en estos comicios regionales, Alejandro debía haberse inscrito en el censo de CERA (Censo Electoral de los Residentes Ausentes) desde enero de 2021. “Muchos españoles no nos inscribimos porque luego te supone muchos problemas cuando vuelves. A la hora de ir al médico, por ejemplo, dejas de tener tu propia cartilla sanitaria y pasas a depender de la de tus padres”, explica el valdemoreño, que hasta ahora estaba censado en el país anglosajón como residente ocasional.
Pese a todos sus intentos por inscribirse en el censo antes de que acabara el plazo el pasado 7 de abril, finalmente y por primera vez, Alejando no podrá votar. Su única opción para participar en el 4-M pasaría por volar a España, lo que implicaría un desembolso de 240 euros en pruebas PCR y una cuarentena de 10 días a su vuelta, además del precio de los billetes.
“Votar es gratis, pero no para los españoles que estamos fuera. Aquí es un privilegio”, explica este vecino de Valdemoro. Debido a la covid-19, todo el papeleo para poder inscribirse en el CERA desde el consulado debe hacer por correo certificado, lo que llega a suponer hasta 30 euros en envíos y sellos compulsados. “La gente al final pasa. Tengo al menos seis personas de mi entorno que no van a votar porque no van a dedicarle ni tanto tiempo, ni tanto dinero”.
Cédeme tu voto
Alejandro -que consiguió convencer al cónsul español en Londres de abrir el consulado los sábados para facilitar el voto a los españoles y no tener que perder días de trabajo durante las últimas elecciones generales- no quiere perder su legítimo derecho a votar. A través de grupos de redes sociales de Valdemoro, este joven ha pedido a alguno de sus paisanos que pensara optar por la abstención el próximo martes, que le ceda su voto.
“Sé que suena un poco raro, pero es algo que ya se ha hecho”, explica Alejandro. Campañas como #TeCedoMiVoto -para apoyar el voto de inmigrantes en España- o #RescataMiVoto -iniciativa que pedía a los ciudadanos que tenían pensado abstenerse donar su voto a españoles en el extranjero- ya se hicieron populares en comicios anteriores frente al “laberinto burocrático” que rodea a la participación electoral.
“Es muy sencillo: Pepe no quiere votar y Manolo vive en el extranjero y no puede votar. Pepe le hace el favor a Manolo y el día 4 va a votar según lo que votaría Manolo. Resultado: un voto, una abstención”, explica. Todavía optimista, si no consiguiera que alguien le cediera su voto, esta sería la primera vez que Alejandro, pese a tener entrada, no participaría en “la fiesta de la democracia”. “Significaría que en los próximos dos años mi representación no va a existir. No voy a estar representado y, si vuelvo mañana a Madrid, voy a tener que asumir el Gobierno que han votado los demás”, lamenta el de Valdemoro.
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