
Isabel Izquierdo, que lleva más de 20 años impartiendo clase, es profesora de sexto de Primaria en el colegio Andrés Segovia de Ciempozuelos desde hace cinco. Allí, en su colegio, Isabel Izquierdo no existe: no necesita cabina, pero nada más entrar por la puerta se convierte en la maestra SuperIsa.
Como todo superhéroe, SuperIsa tiene un superpoder. El suyo es enseñar sin que se aburran sus “chatis”. “Si el material que me entregaban las editoriales no me aportaba nada a mí como docente, menos a un niño. Sentía que esa forma de explicar las cosas no iba a llegar a mis alumnos”, declara la maestra.
SuperIsa fue una de las pioneras en introducir la gamificación a sus clases, una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo para que los alumnos puedan absorber mejor los conocimientos. “Es coger un argumento de una serie o película como hilo conductor para desarrollar una maestría e ir contándolo en clase como si fuera un juego de rol”, explica ella misma.
Ya durante sus prácticas de Magisterio inventó una adaptación del juego de la oca para aprender el ciclo del agua. Desde entonces, Isabel ha acudido a cursos y conferencias de profesores —como el del popular educador y ‘youtuber’ José Antonio Lucero— donde ha aprendido otras formas de trabajar y de enseñar. “Empecé a hacer mis propios vídeos y comprobé que tenían éxito”.
SuperIsa
Además de una excelente profesora, Isabel también es “bastante friki”. Colecciona Playmobil, Lego y Funko, es adicta a los superhéroes, las series y los comics y mitómana del cine clásico.
Fan número uno de Superman, fue uno de sus alumnos —los ‘chatis’ como ella los llama— quien le puso el nombre de Superisa. “¡Cómo sería el nivel de tabarra que les estaba dando para que empezaran a llamarme así!”, confiesa la superheroína de la enseñanza. “Yo soy SuperIsa allá donde voy. Maestra SuperIsa”.
SuperIsa es la creadora de ‘Stranger Numbers’, la primera gamificación en España con la serie ‘Stranger things’ y con la que la profesora ha conseguido unos éxitos educativos fantásticos durante los últimos dos años: los niños mejoraron sus niveles de cálculo mental y escrito, además de su nota media en matemáticas.
Pero también ha creado ‘Los Guardianes de Logos’ —basado en las aventuras de Los Guardianes de la Galaxia— o su gamificación especializada en normas y comportamientos ‘Lady Prodigios’ —basada en la serie de dibujos animados ‘Miraculous: Las aventuras Ladybug’—. Además, utiliza personajes Playmobil para enseñar historia o legos para la ortografía, y hace dos años su clase ganó dos premios nacionales del Ministerio de Educación con sus ‘bibliotrailers’, una actividad de iniciación a la lectura.
Stranger Numbers
Isabel decidió centrar sus juegos en el cálculo mental. “Me di cuenta de que en España los niños salen contando con los dedos a escondidas”.
Autora del ‘Plan de mejora del cálculo mental en Primaria: diario, sencillo y práctico´, Superisa ha motivado a sus alumnos, a través de sus gamificaciones, a aprender a querer a los números. “A mí ya no me usan los dedos”, revela.
‘Stranger Numbers´ está basado en la popular serie de Netflix ‘Stranger Things’. Isabel eligió esta exitosa aventura protagonizada por Millie Bobby Brown —Once, en la serie—, atendiendo a sus alumnos —“El patio es un gran observatorio si sabes escuchar a los niños”, asegura la maestra—. El éxito del proyecto ha sido extraordinario.
En ‘Stranger Numbers’, los chatis de SuperIsa tienen que conseguir salvar a los protagonistas de la serie, retenidos en el colegio Andrés Segovia por el malvado Demogorgon (una criatura procedente de otra realidad). Para ello, los alumnos tienen que hacer todos los días una prueba de cálculo y un reto para el fin de semana. Las pruebas otorgan ‘puntos de experiencia’ individuales para cada escolar y ‘puntos de sabiduría’ colectivos para la clase.
Con esos puntos, sus alumnos pueden comprar recompensas: cartas para cambiarse de mesa en clase o la inmunidad para que nadie pueda quitarte el sitio —curiosamente la carta más solicitada—, no hacer deberes, eliminar preguntas de un examen u obtener pistas para resolver los ejercicios. Como grupo, una vez a la semana tienen una prueba de cálculo donde cada equipo se lleva los puntos necesarios para cerrar los portales donde están atrapados los protagonistas de Stranger Things, una dinámica que se prolonga a lo largo de los tres trimestres del curso.
Además, los chatis de Super Isa también pueden “comprar” las impresionantes cartas del juego impresas y plastificadas por su profesora.
“Esas sí que vuelan. Las hago yo. La verdad es que es bastante dinero, pero no creo que el colegio tenga que pagarlo. O trabajo como quiero o trabajo con el libro”. Además de los costes económicos, Isabel tiene que dedicar todos los fines de semana, vacaciones y fiestas a preparar el juego. “Llego a casa y no paro de trabajar”, confiesa.
“Para que los niños sigan la gamificación no hace falta que vean la serie. Yo me inspiro en una serie porque cojo a los personajes y villanos principales, pero luego creo mi propia historia adaptada”, explica Isabel. Además, en sus historias, la profesora siempre impone que haya personajes femeninos con roles importantes, que esté adaptada a los tiempos actuales y que entre los protagonistas se respire diversidad cultural y social “ya que es lo que tenemos en las aulas”.
Su proyecto ha llamado la atención entre la comunidad educativa. El año pasado un profesor del País Vasco le pidió poder utilizar ‘Stranger Numbers’ con su clase. “Yo estoy encantada de compartir lo que hago, lo único que les pido es que me mantengan al día de cómo les va!”, dice Isabel. Todo el contenido audiovisual creado por la profesora para sus gamificaciones está colgado en su web isaizquierdoleon.com y en las redes sociales a través de las cuentas @MaestraSuperIsa.
A lo bestia
El poder de la gamificación ha sido clave en el curso más difícil y duro al que han tenido que enfrentarse los centros educativos. La pandemia de la covid-19 ha puesto patas arribas muchos hábitos y prácticas pedagógicas, obligando a docentes y alumnos a conectar de otra manera.
“Verdaderamente mi apuesta por esta forma de enseñar durante estos meses ha sido a lo bestia”, relata Isabel. Para la maestra, su metodología fue la mejor manera de llegar a sus “chatis” y sustituir el no poder estar con ellos en el aula durante el confinamiento, y la mejor herramienta para captar su atención en este curso tan inaudito.
“La escuela tal y como la vemos ahora va a durar poco, o al menos, debería. Tenemos una escuela casi de Platón. Hay que observar por dónde va la sociedad y los niños, y adaptarse”, opina Isabel. “El cambio parte de uno mismo. En el aula, cuando cierro la puerta de mi clase, yo tengo el poder y si quiero cambiar algo tengo que hacerlo yo”.
Isabel cuenta con el apoyo de la dirección del centro y sus compañeros, pero también de las familias. “Los padres están encantados. Me dicen que he conseguido que sus hijos salgan del colegio y les cuenten con ilusión qué han hecho ese día en clase”.
Yo elijo la pública
“Primaria es una etapa clave. Los niños por encima de ser cerebros andantes y parlantes tienen que aprender a ser personas, convivir y tomar decisiones y eso también se enseña en el colegio. Un niño tiene que salir de esta etapa con una caja de herramientas, sabiendo para qué sirve cada una de ellas. En Secundaria llegarán al taller y aprenderán a construir el coche”, argumenta Isabel, defendiendo la escuela pública como “el mejor espacio para el desarrollo de los maestros”.
“Todos los modelos educativos tienen su parte positiva y sus lados más oscuros. Yo creo en la libertad y como libre que eres, elige tú qué crees que es mejor para tus hijos. Yo, particularmente, creo en la escuela pública y en la sanidad pública”.
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