Rafael Palacios niega todas las acusaciones y dice estar tranquilo: “Ojalá mañana se celebrase el juicio”.
Uno de los dos concejales de Vox en el Ayuntamiento de Ciempozuelos, Rafael Palacios, ha sido imputado por un presunto delito de estafa en Internet como parte de una trama que operaba en todo el mundo. La red, con conexiones en Nigeria y Londres, estaba formada por un entramado de más de 40 personas dedicadas a hackear correos electrónicos para acceder a las cuentas bancarias de las víctimas.
La noticia ha sido adelantada por Confidencial Digital, que cuenta que el edil ciempozueleño se enfrenta a una posible pena de 8 años de cárcel por blanqueo de capitales y como cooperador necesario de delito de estafa. Según el medio figura en la causa como persona autorizada de una de las cuentas que el entramado utilizaba para recibir el dinero.
Rafael Palacios niega las acusaciones
Preguntado por ZIGZAG, el concejal de Vox reconoce que efectivamente fue administrador durante cerca de seis meses de una de las empresas implicadas en la trama, ALDIMASCON: “Tenía poderes pero limitados, yo ni firmé nada ni hice ningún tipo de abono o transferencia”. Palacios explica que dos clientes de su gestoría le pidieron que asumiese temporalmente el cargo de administrador para legalizar la empresa, pero que nunca supo que tenía fines ilícitos.
“He sido como un conejillo de indias”, lamenta el de Ciempozuelos que se siente engañado y ha roto toda relación con los dos clientes. Sobre el proceso dice estar tranquilo y espera que la investigación se resuelva lo antes posible: “Ojalá el juicio se celebrase mañana”. Rafael Palacios afirma que ha colaborado activamente con la investigación y que ha presentado toda la documentación y escritos de desestimación que acreditan que no tiene ninguna vinculación con la organización criminal.
Así funcionaba la trama
La complejidad de la trama es tal que la Audiencia Nacional se ha hecho cargo de la investigación que comenzó el Juzgado de Valdemoro en el año 2016. Las investigaciones han permitido saber que el grupo comenzó a operar en el año 2013 utilizando cuentas puente para mandar el dinero a Nigeria.
El hackeo consistía en enviar numerosos correos electrónicos simulando haber compartido un documento con la víctima a través de aplicaciones conocidas como Google Drive o Dropbox. Si los objetivos llegaba a abrir el documento estaban permitiendo sin saberlo que los estafadores accediesen a su cuenta de correo. En ese momento procedían a mandar emails a todos sus contactos en su nombre para hacerse con sus cuentas bancarias y realizar transferencias de hasta más de 100.000 euros.
La organización tenía varios escalones. En el más alto se situaba ‘Baba’, una persona de identidad desconocida ubicada en Nigeria que informaba al entramado español de los pasos a seguir. Por debajo estaban ‘Taiwo’ y ‘Adelota’, encargados de manejar todo el dinero, y los responsables de encontrar nuevos miembros para la banda y transportar dinero. En el último nivel se encontraban los titulares de las cuentas puente, que no levantaban sospechas al tener una relación prolongada con la entidad bancaria.
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