'Apatrullando' la ciudad

Recientemente he tenido conocimiento de que el concejal de comercio y seguridad ciudadana del Ayuntamiento de Pinto, Alejandro Robles, asistió desde un vehículo de policía local a la inspección de un negocio. Reflexionaba sobre lo tan fuera de lugar que resulta que un edil "se disfrace" por unas horas de policía y lo comparaba con el disparate que sería, por citar algún ejemplo, que la concejala de sanidad pasase consulta en el ambulatorio o la de educación dirigiese las clases en colegios e institutos.

Sin embargo, el disparate y la contradicción parecen haberse hecho dueños y señores de nuestra maltrecha política municipal. Hace meses fui el primero en solicitar un consenso para afrontar esta durísima crisis. No se produjo. Del mismo modo insté a una tregua política hasta el próximo mes de septiembre para centrarnos en lo realmente importante. Tampoco se estimó conveniente.

En este tiempo el concejal de comercio y seguridad ya hemos dicho que se monta en los coches de policía, la piscina municipal ha multiplicado su precio y decidieron no informar sobre descuentos y bonificaciones a colectivos vulnerables "para no estigmatizarlos", mientras que el portavoz del PP criticó unos privilegios a los no residentes, que finalmente no se produjeron, cuando él mismo es no residente. También nos han informado de que hay que esperar a no se sabe qué resolución administrativa o judicial para limpiar lo que un día fue el lago del parque Juan Carlos I, pero también nos hemos dado más prisa que Vitoria (gobernada por el PNV) para "limpiar" el nombre del parque sin apertura siquiera de juicio o votar que se le retire la inviolabilidad al rey emérito. 

Los comercios y empresas de Pinto no saben nada de ninguna ayuda por parte del Ayuntamiento en mitad de una crisis despiadada y sin precedentes, pero éste sí ha estimado muy conveniente la instalación de 6 mamotretos espantosos "de libre expresión" que han supuesto un coste de 12.000 euros. La lista es infinita, casi tanto como el nivel de ocurrencias y excentricidades. Pero en este aspecto VOX quiso poner también su patriótico grano de arena ¡y solicitó una misa funeral en memoria de José Calvo Sotelo!

Es cierto que el miedo a los rebrotes y las altas temperaturas pueden causarnos a todos estragos. Pero debemos recordar a nuestros ediles que lo que nos estamos jugando es muy serio. Quizá estén a la altura de Pinto y sean eficientes, pero desde luego, a día de hoy son asintomáticos. Así que esperemos que la cosa cambie o habrá que acostumbrarse a que el concejal de comercio y seguridad siga ‘apatrullando’ la ciudad.