La residencia Dolores Soria de Pinto confirma 21 positivos de COVID-19 tras poder realizar test a todos sus residentes

La residencia municipal de Pinto Dolores Soria, gestionada por Mensajeros de la Paz, ha podido confirmar 21 positivos en COVID-19 entre sus residentes.  De ellos, 14 permanecen asintomáticos y tres han tenido que ser hospitalizados, aunque permanecen “estables”.

La residencia recibió el pasado lunes 13 de abril 20 test de anticuerpos proporcionados por la Comunidad de Madrid para los mayores con más síntomas. El resto de los 63 residentes que tiene el centro de mayores han podido hacerse la prueba de detección de coronavirus gracias a los test adquiridos por la ONG Mensajeros de la Paz. “Sin los test estamos ciegos. Si los hubiéramos tenido desde el primer momento habríamos podido actuar antes”, lamenta el director del centro, Andrés González.

La residencia mantiene controlada la situación, pero ha tenido que confinar a todos sus mayores por el riesgo de contagio. “Ahora mismo lo peor es el miedo que tenemos -confirma González-. Todos los residentes están aislados en sus habitaciones y la situación parece controlada pero este virus hace que la cosa cambie de un día para otro y todos los que están aquí son personas de riesgo”.

González tiene la sospecha de que muchos de los ancianos positivos en COVID-19 pero asintomáticos, pasaron el virus en febrero. “Tuvimos algunos casos de neumonías muy feas, cuadros de vómitos y diarreas que incluso provocaron contagios en familiares”.

Tras los resultados de los test, algunos de los usuarios que dieron negativo optaron por irse a casa. La incertidumbre por un posible nuevo contagio entre estos mayores, pesa entre los familiares y la dirección del centro. “Las familias me preguntan que si el hecho de haberlo pasado ya les hace inmunes, pero yo no puedo darles esa certeza. Al menos los que han vuelto del hospital están muy bien y recuperándose”.

Desinfección

La Unidad Militar de Emergencias (UME) desinfectó ayer, 16 de abril, toda la parte exterior de la residencia municipal de Pinto, así como sus jardines y las habitaciones que se encuentran vacías en estos momentos esperando que vuelvan los residentes que están hospitalizados o que se han marchado a sus casas.

Además, PIMER-Protección Civil de Pinto ya ha desinfectado hasta en dos ocasiones el interior de la residencia y el propio director, Andrés González ha recibido una mochila sulfatadora de Mensajeros de la Paz con la que fumiga en las zonas comunes y pasillos.

Protocolo de actuación

Todo el personal se ha volcado con los mayores de la residencia. A todos los residentes se les toman la temperatura y las constantes todos los días. Los trabajadores de la residencia Dolores Soria están coordinados con la geriatría del Hospital de Getafe y “de momento”, sostiene el director, están cubiertos en cuanto a material de sanitario y de protección personal. “Hemos recibido muchas donaciones”, asegura agradecido el director.

De momento la residencia solo ha tenido que sobrellevar las bajas de cuatro empleados por coronavirus. Hasta el momento se han apañado doblando turnos y haciendo más horas. “En los próximos días una empresa externa va a dotarnos de auxiliares que esperamos que sirvan para descargar las largas jornadas de trabajo que estamos teniendo ahora”.

La situación que se está viviendo en las residencias de ancianos de Madrid ante la crisis sanitaria es muy complicada y al miedo, la incertidumbre y la tristeza por las pérdidas, se le suma el cansancio. “Yo no he descansado ningún día desde que esto empezó, hago jornadas de entre diez y once horas, pero no nos queda otra opción”, explica el director de Dolores Soria.

Lo peor, asegura González, es el volver a casa. “Tengo niños y es muy duro tener que decirles que no pueden abrazarme cuando llego”, dice con tristeza. El director de la residencia municipal se ha auto aislado en casa para proteger a su familia, un escenario que asegura es  “demoledor”.

De momento, la residencia sólo ha podido confirmar el fallecimiento de dos ancianos del centro por COVID-19, aunque confirman que ha habido más muertes de residentes a los que no se les pudo hacer las pruebas.